viernes, 30 de mayo de 2014

Las huellas del Método FEB

El agradecimiento a los clubes suele ser un denominador común cuando cada verano un seleccionador consigue una medalla (y se suele dar a menudo) con una selección nacional. Es el  resultado del famoso método FEB. Y aunque hay muchos que piensan que está próximo a agotarse por la pérdida de estrellas de referencia (seguramente asistiremos a la última cabalgada de Pau, Navarro y Felipe Reyes este verano; y quién sabe si también de Calderón), el caso es que las categorías de base españolas suelen darnos "alegrías" durante las vacaciones estivales de casi todo el mundo: siempre hay un campeonato que celebrar y lo normal es que sean varias de estas competiciones las que acaban con una selección española en el podium.

En otro nivel, lo mismo sucede cuando la medalla se consigue con una selección autonómica o incluso provincial, como es el caso de Andalucía, donde la selección de talentos comienza en las selecciones provinciales.  En todos ellos (en todos los niveles quiero decir), el criterio de selección puede ser muy dispar, dependiendo del estilo de dirección técnica ejercido, o simplemente  de si existe o no esta dirección técnica... pero sobre esto volveré luego.

He puesto "alegrías" entre comillas, hace dos párrafos, porque no siempre se ve así... Aunque después sí que son muchos los que se alegran de las medallas, la realidad es bien distinta y el camino no siempre es fácil. A nivel absoluto, muchos clubes, sobre todo las franquicias NBA, suelen poner problemas a que sus jugadores compitan internacionalmente. Incluso con la mismísima selección USA. En España hubo cierta polémica hace unos años, alegando el Barça argumentos similares a los de las franquicias NBA, aunque en este caso impregnados de ideas nacionalistas de la directiva de entonces, por lo que parece en línea bastante diferente a lo que pensaban la mayoría de los jugadores.

Cuando los clubes pagan la cantidad de dinero que pagan, normal que pongan pegas ante una posible lesión... Seguros y cien mil historias más tienen mucho que decir al respecto. Sin ir más lejos, en un pasado relativamente cercano recuerdo el seguro que Toronto Raptors de alguna manera obligó a realizar a la FEB para que Jorge Garbajosa jugara el Eurobásket de España (sí, el que perdimos contra Rusia en Madrid); y en un pasado más lejano, quizás muchos no lo recuerden, la gravísima lesión de Raül López con la selección en aquel fatídico verano, cuando el genial base español había sido seleccionado el número 24 en el draft de la NBA, por Utah Jazz, para ser ni más ni menos que el heredero de John Stockton... El número 3 de Pau le quitó protagonismo, con razón, al que era el jefe de aquellos juniors de oro. 

Un discurso que se suele emplear cuando se consigue uno de los metales es el de agradecer a los clubes su colaboración. "Sin ellos esto no sería posible" es una frase que nos suena a muchos. "El mérito es del entrenador de base, desconocido..." también es bastante empleado. Incluso recuerdo haber leído una editorial en la revista CLÍNIC al respecto, firmado por Juan María Gavaldá, presidente de la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto. Pero el caso es que méritos reales aparte, casi exclusivamente, la fama y sus consecuencias se las suele llevar el seleccionador en cuestión. A muchos les parecerá injusto, pero seguramente a mí no...  al menos no en todos los casos, porque el método FEB probablemente funcione tanto a nivel jugador como a nivel entrenador. Ahora, que eso esté planificado es otra cuestión... porque quizá todo el mundo caiga en el simplismo, incluso la FEB. 

Otra cosa es que pueda haber personas, entre las que seguramente me incluyo, que piensen que la detección de jugadores y su progreso personal, estén por encima del progreso del entrenador o de su proyección. Si es así, entrenar una selección provincial o autonómica sin enmarcar ese contexto dentro de lo que realmente es, carece de sentido. Eso sí: a nivel nacional hasta ahora ha ido bastante bien, así que probablemente deba continuar de la misma manera. Cambiar lo que funciona posiblemente sea una estupidez. Ahora bien, no intentar optimizarlo quizá sea una aún mayor.

Vuelvo ahora con los niveles provinciales y autonómicos...

La sinceridad debe casar con la prudencia. Quizás haya olvidado esto a veces... y me ha traído consecuencias negativas. Lo sé, lo acepto y lo asumo... y pido disculpas por ello. Ahora bien, como me ha pasado tantas veces, pues hoy volveré a pedir perdón y ya está... así que ahí voy.

El que no entiende que los éxitos nacionales son productos de toda la estructura de selecciones, es que es muy corto de miras. Alegrarse de un triple anotado en el último segundo por Navarro o por Alba Torrens y después quejarse de que hay muchas concentraciones de selecciones autonómicas, está siendo, cuando menos, incongruente. Pensar que las selecciones provinciales no sirven para nada está seguramente poniendo de manifiesto su ignorancia de toda esta estructura piramidal. Esto para empezar.

Por otro lado, mantener el discurso anterior, además de no colaborar en nada con la asistencia de jugadores y jugadoras a las concentraciones y después felicitarlos por formar parte de ellas, colgar la foto con la medalla conseguida en las redes sociales, pregonar a los cuatro vientos que forman parte de su Club... me parece una práctica totalmente hipócrita: "Yo echo tierra encima al trabajo de selecciones, pero después me doy un poquito de publicidad, que eso siempre viene bien". Sí, hipócrita es para mí la palabra. No dudo que mis limitaciones lingüísticas me impidan encontrar una más adecuada... Que me parece muy bien, ojo, la publicidad... lo que no me parece correcto es que venga tras las críticas. Y yo conozco casos de críticas personales incluso contra los propios jugadores y jugadoras de ese mismo Club. Falta de empatía total... por ser suaves.

Así que, para no alargarme más sobre este tema, simplemente decir que entiendo perfectamente muchas de las quejas de los clubes sobre los programas de selecciones sobre la carga a la que se someten a jugadores y jugadoras seleccionados... y les doy exactamente la mitad de la razón: tanta responsabilidad tienen las federaciones para regular esas cargas, como los propios clubes... ¿Hay comunicación al respecto? Probablemente sí a nivel profesional, pero dejadme que ponga en duda el resto de los niveles... y claro, hasta que se profesionalice esto (aún sin cobrar como profesionales), cuantificar las cargas está solamente al alcance de quién se quiere molestar por aprender a hacerlo. Y hablo tanto a nivel clubes/entrenadores como a nivel federaciones/directores técnicos. Porque una de las cuestiones que me gustaría averiguar es si esos entrenadores y directores técnicos que tanto se quejan de los programas de selecciones cuantifican las cargas en su propio Club.

Por último, el mensaje de los seleccionadores... perdonad, pero es que no me convence. El "gracias" a los clubes por "prestar", "ceder"... a los jugadores pone de manifiesto que ese entrenador verdaderamente piensa que es un "bien" personal el estar ahí, es decir, que ganar le reportará beneficios. Estoy deseando escuchar el discurso contrario, es decir, que los clubes se lo agradezcan, porque el entrenador-seleccionador no es, ni más ni menos, que el representante de los clubes de esa provincia o comunidad. "Gracias al seleccionador por representarnos tan dignamente, consiguiendo una medalla"... ¿Os imagináis? Yo, de momento, no... Pero pienso que si el programa de selecciones está bien estructurado, eso es precisamente lo que es el seleccionador: el representante de los clubes.

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