El baloncesto después de junior
En el post anterior hablé principalmente sobre los
entrenadores y sus inquietudes formativas, y cómo esta formación (o actitud hacia ella) debería ser conocida por los padres de los jugadores y jugadoras. Además se aportaba una visión de esto en los comentarios de ese post bastante
acertada desde mi punto de vista. Trataba sobre la problemática del nombramiento de
estos entrenadores: los Clubes tienen verdaderas dificultades para encontrar a los mejores… o quizás para atraerlos. Y casi siempre, cuando hablamos de
problemas, lo hacemos de dinero. Porque en estos casos no suele haber distancia
insalvable, sino cantidad económica insuficiente.
Hace casi dos años escuché una conferencia de Javier Lozano,
actual presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala, cuyo cargo comenzó en 2009. En ella habló,
entre otras cosas, sobre la selección de personal. Defendía que para un
determinado puesto no hay que poner ni al mejor, ni a un amigo tuyo, sino al
más adecuado. Ni más, ni menos. Así que supongo que la primera pregunta que
debe responder un Club es: ¿Qué quiero para un determinado grupo? Y la mejor
decisión probablemente no será otra que no sea conseguir que a ese equipo lo dirija el entrenador más
adecuado para ello.
Hasta aquí creo que no suscito ninguna duda ni debate. Quizá éste sí surja cuando nos pongamos a reflexionar sobre quién puede ser el más
adecuado.
Creo que la idea utópica de Club pequeño pasa por el
autoabastecimiento en la medida de lo posible. Muchas veces se piensa en esto sobre todo por la problemática logística que conllevan los equipos senior. Esta problemática nos dirige casi directamente a la idea de
Club de Cantera. Lo que pasa es que ésta es normalmente entendida como cantera
de jugadores, y yo creo que habría que ampliar el círculo.