Creo que el ser humano tiene un cierto afán evaluador. Le gusta observar lo que hacen los demás y emitir juicios de valor. Prácticamente nadie pondrá en duda que juzgar el trabajo ajeno es uno de los pasatiempos preferidos de un alto porcentaje de la población. Y el que esté limpio de pecado, que tire la primera piedra. Yo, está claro, no puedo tirarla.
Ahora bien, parafraseando a Pasteur: "En la investigación científica, el azar favorece a la mente preparada", si algo se presenta, ya sea por azar o no, el que dispone de suficientes conocimientos verá la oportunidad, el descubrimiento, el invento, la innovación... Y al que no dispone de ellos, lo presentado le pasará desapercibido o entenderá algo que no es real, es decir: cometerá un error de interpretación.