jueves, 22 de agosto de 2013

Exigencia y proactividad

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Hace poco me contaron cómo un entrenador abroncó a sus jugadores por ganar sólo por 46 puntos

Por lo que entendí, aquel equipo tenía bastante más nivel que el otro y el entrenador comentó que tenían que haber ganado por 70 puntos por lo menos. Qué cosas.

Siendo bien pensados, supongo que el entrenador quería transmitir a los jugadores que les había faltado intensidad, quizá concentración, motivación o cualquier historia parecida... Hay mil posibilidades y no dudo de las "buenas intenciones" del coach. Seguramente los jugadores se verían superiores y no dieron todo lo que tenían dentro. Quizá sí, quién sabe... El que está claro que no lo dio es el que no tuvo la oportunidad (el que se quedó en el banquillo, por ejemplo).

Ahora bien, nos deberíamos preguntar si es correcto que lancemos a la ligera este tipo de frases... Cuando me contaron esta situación, la primera pregunta que me hice fue: ¿con qué intención se transmite esa idea? ¿Entendería el grupo el objetivo de esa frase y lo que quería transmitir? No me hacía falta realizar la pregunta en voz alta: por la expresión, la inquietud, el lenguaje corporal... estaba muy claro que al menos varios jugadores no entendieron correctamente al entrenador. Como digo, siendo bien pensados. Siendo mal pensados igual sí que lo entendieron.

domingo, 18 de agosto de 2013

Credibilidad

http://www.robertodevries.com
Hace tiempo, la credibilidad de una persona dependía de sus palabras y de su conducta. Por alguna razón, hoy en día se ha dado la vuelta a esta frase y hemos llegado a que la credibilidad de unas palabras o una conducta dependen de la persona. Y aunque las frases se parecen, los significados son totalmente diferentes. Sólo hace falta echar un vistazo a los seguidores más fanáticos de los principales partidos políticos: da igual la sensatez de las palabras de los representantes de otros grupos parlamentarios, si no hay pacto de por medio, la indiferencia o el abucheo están prácticamente asegurados.

Cómo se gana la credibilidad la persona en cuestión ya es otra historia. Normalmente es alguien que ha tenido éxito en algún campo y lo curioso es que mantiene esta credibilidad aunque se encuentre en un campo diferente. Por ejemplo, sobre esto saben mucho las empresas de publicidad que buscan a menudo contratar a deportistas de renombre para anunciar éste o aquel producto... Y da igual que la verdadera credibilidad del deportista esté simplemente en su actividad deportiva: si él lo dice o lo hace, tendrá razón. A pesar de todas nuestras complejidades, así de simples somos en ocasiones.