viernes, 8 de febrero de 2013

Juzgar el trabajo ajeno


Miraobras
Creo que el ser humano tiene un cierto afán evaluador. Le gusta observar lo que hacen los demás y emitir juicios de valor. Prácticamente nadie pondrá en duda que juzgar el trabajo ajeno es uno de los pasatiempos preferidos de un alto porcentaje de la población. Y el que esté limpio de pecado, que tire la primera piedra. Yo, está claro, no puedo tirarla.

Ahora bien, parafraseando a Pasteur: "En la investigación científica, el azar favorece a la mente preparada", si algo se presenta, ya sea por azar o no, el que dispone de suficientes conocimientos verá la oportunidad, el descubrimiento, el invento, la innovación... Y al que no dispone de ellos, lo presentado le pasará desapercibido o entenderá algo que no es real, es decir: cometerá un error de interpretación.

martes, 5 de febrero de 2013

Por no molestar... (II)


Niño con galletas
La voluntad es el punto inicial sobre el que partir para emprender las tareas más complicadas. Sin ella, cualquier empresa podría antojarse imposible en un momento determinado, incluso las que en principio parecían sencillas.

No es difícil para un adulto decirle a un niño: "Pórtate bien" o frases por el estilo. Tanto como para un entrenador de baloncesto pronunciar el famoso "Esfuérzate" o "Hazlo".

En el primer caso, quizás el niño no sepa cómo portarse bien y tampoco tenga voluntad de hacerlo... En el segundo, puede que el jugador no sepa exactamente cómo enfocar sus esfuerzos o simplemente no sepa cómo hacer la tarea que tienen encomendada (o que se supone que tiene encomendada). Y por supuesto, también puede que no quiera esforzarse. Sobre esto opinaré más adelante.