viernes, 30 de agosto de 2013

Plan prepartido

Hace poco reflexionaba acerca de que a los entrenadores les suele gustar sentarse a planificar partidos que se suponen serán igualados... incluso a soñar con una planificación perfecta que les  lleve a ganar a un rival, a priori, superior. Sin embargo, decía (y me mantengo en la misma opinión) que la planificación de un partido fácil se da en muchas menos ocasiones y, cuando sí que se lleva a cabo, quizás se haga, siempre desde mi punto de vista, de manera deficiente.

Los entrenadores de formación, de iniciación, de base, de cantera... da igual la terminología, debemos partir de la idea de que somos formadores. Sí, lo somos. El problema es que según nuestra actuación, podemos ser formadores en términos positivos o igualmente en términos negativos. Pero formadores somos siempre, porque con nuestro ejemplo, nuestras palabras, nuestras ideas... iremos conformando en nuestros jugadores el baloncesto que nosotros vemos, y algunas cosas, principalmente la actitud ante determinadas situaciones, son extrapolables completamente a la vida diaria. Formadores o deformadores quizás sea la elección, aunque claro, también entraríamos aquí en un difícil debate en torno a qué es lo que diferencia, objetivamente, a unos y a otros. 

Un plan de partido admite muchas formas de llevarse a cabo. A mí me gusta plantearme varios objetivos, normalmente un par para ataque y un par para defensa. A partir de aquí, desarrollo un plan para conseguir ese objetivo. Voy a poner un ejemplo resumido e insultantemente simple para un equipo de formación:

martes, 27 de agosto de 2013

Comunicación superficial

Cuenta una leyenda árabe que un sultán tuvo un sueño que se convirtió en pesadilla: se le iban cayendo los dientes, uno a uno, hasta perder absolutamente toda la dentadura. Ante la vivencia tan real que le supuso y las sensaciones que se despertaron en él, mandó llamar a los dos mejores interpretadores de sueños del reino.

El primer interpretador le dijo: "Sultán, no son buenas noticias. Este sueño significa que verás morir, uno a uno, a todos los miembros de tu familia".

Completamente furioso por la interpretación, castigó al desafortunado intérprete con 50 latigazos.

El segundo interpretador, por el contrario, le dijo: "Sultán, ¡qué buenas noticias! Este sueño significa que serás el más longevo del reino".

Entusiasmado y feliz, mandó al tesorero que premiara al intérprete con 50 monedas de oro.

Caminando hacia la tesorería para recibir su premio, el tesorero le dijo al segundo interpretador: "Creo sinceramente que el significado de tu interpretación del sueño era exactamente igual al del primero". El intérprete le respondió: "Amigo mío, tienes razón, pero es que no sólo basta el qué se dice, sino que aún más importante es el cómo".

jueves, 22 de agosto de 2013

Exigencia y proactividad

www.tucirculoparapapas.com
Hace poco me contaron cómo un entrenador abroncó a sus jugadores por ganar sólo por 46 puntos

Por lo que entendí, aquel equipo tenía bastante más nivel que el otro y el entrenador comentó que tenían que haber ganado por 70 puntos por lo menos. Qué cosas.

Siendo bien pensados, supongo que el entrenador quería transmitir a los jugadores que les había faltado intensidad, quizá concentración, motivación o cualquier historia parecida... Hay mil posibilidades y no dudo de las "buenas intenciones" del coach. Seguramente los jugadores se verían superiores y no dieron todo lo que tenían dentro. Quizá sí, quién sabe... El que está claro que no lo dio es el que no tuvo la oportunidad (el que se quedó en el banquillo, por ejemplo).

Ahora bien, nos deberíamos preguntar si es correcto que lancemos a la ligera este tipo de frases... Cuando me contaron esta situación, la primera pregunta que me hice fue: ¿con qué intención se transmite esa idea? ¿Entendería el grupo el objetivo de esa frase y lo que quería transmitir? No me hacía falta realizar la pregunta en voz alta: por la expresión, la inquietud, el lenguaje corporal... estaba muy claro que al menos varios jugadores no entendieron correctamente al entrenador. Como digo, siendo bien pensados. Siendo mal pensados igual sí que lo entendieron.

domingo, 18 de agosto de 2013

Credibilidad

http://www.robertodevries.com
Hace tiempo, la credibilidad de una persona dependía de sus palabras y de su conducta. Por alguna razón, hoy en día se ha dado la vuelta a esta frase y hemos llegado a que la credibilidad de unas palabras o una conducta dependen de la persona. Y aunque las frases se parecen, los significados son totalmente diferentes. Sólo hace falta echar un vistazo a los seguidores más fanáticos de los principales partidos políticos: da igual la sensatez de las palabras de los representantes de otros grupos parlamentarios, si no hay pacto de por medio, la indiferencia o el abucheo están prácticamente asegurados.

Cómo se gana la credibilidad la persona en cuestión ya es otra historia. Normalmente es alguien que ha tenido éxito en algún campo y lo curioso es que mantiene esta credibilidad aunque se encuentre en un campo diferente. Por ejemplo, sobre esto saben mucho las empresas de publicidad que buscan a menudo contratar a deportistas de renombre para anunciar éste o aquel producto... Y da igual que la verdadera credibilidad del deportista esté simplemente en su actividad deportiva: si él lo dice o lo hace, tendrá razón. A pesar de todas nuestras complejidades, así de simples somos en ocasiones.

sábado, 10 de agosto de 2013

Proyecto Curricular

Hace mucho tiempo que pienso que un Club Deportivo debería funcionar como un centro de enseñanza operativo. Desde que me propusieron llevar la tecnificación en mi Club y Coordinar los Equipos de Formación (de preinfantiles a junior), mi idea ha girado en torno a la importancia que tendrán los entrenadores y establecer unas pautas de trabajo común. Un proyecto a largo plazo, en definitiva.

Normalmente he visto bastantes clubes que facilitan a los entrenadores los objetivos a conseguir por sus respectivos equipos, aunque normalmente estos vienen definidos poco operativamente, es decir, se tratan de "consecuencias" más que de objetivos: "jugar semifinales", "Campeonato de Andalucía" y cosas así... Algunos ni eso: la Dirección Técnica se limita a nombrar a los entrenadores que ese año dirigirán cada equipo y poco más. En algún caso, el Director Técnico ni siquiera conoce a los jugadores de ese grupo y justifica sus decisiones diciendo que aquel entrenador es más válido para ese perfil de jugadores... Supongo que hablarán de oídas, si no, no lo entiendo... Vaga idea de lo que es un Director Técnico si esa es la única función que desempeña. A buen seguro que los clubes se ahorrarían un dinero si esa decisión la tomara cualquier otra persona, porque tener a alguien ocupando ese cargo, con ese "volumen" de trabajo y con un plus en su compensación económica es, desde mi punto de vista, un error. Y cuando el error se prolonga en el tiempo, pues cada vez tiene mayor envergadura y más difícil justificación. Puede desembocar, por ejemplo, en que gente del Club se sienta decepcionada y lo vaya abandonando, en masa o con cuentagotas... Cuidado con las gotas que se nos van, porque igual son de las más valiosas que teníamos. Si esto sucediera, habría que mirarse el ombligo y ver lo que se está haciendo mal.