miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un paso atrás para avanzar (I)

En algún momento de la Historia a alguien se le ocurrió afirmar que no había que dar un paso atrás ni para coger impulso. Debía de ser alguien muy orgulloso, o seguramente de los mismos que suelen decirte que no conseguirás algo, que es imposible, porque ellos ni siquiera se atreven a intentarlo. A mí me gusta más esa frase que dice que, cuando estás delante de un precipicio, la única manera de avanzar es dar un paso atrás.

La idea de no dar ese paso subyace en un porcentaje tan alto de la población que cualquier disminución en nuestro rendimiento, en cualquier ámbito, produce casi inevitablemente unas dosis de estrés difícilmente sobrellevable, sobre todo cuando hablamos de niños y adolescentes.  La exigencia es siempre ir a más. Mantenerse en un hipotético nivel incluso está mal visto. Yo no tengo ninguna duda acerca de que, la mayoría de estas veces, nos falta perspectiva.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Autonomía e iniciativa personal

En muchas ocasiones he reflexionado tanto acerca de la figura del Director Técnico de un Club como de las similitudes existentes entre un Club y un Centro de Enseñanza

Siempre es complicado hablar de forma absoluta sobre cuáles deben ser sus funciones, la forma de trabajar de los entrenadores de formación inmersos en una estructura de Club y de las diferencias entre estos últimos y otros entrenadores de equipos enfocados al resultado, o simplemente de equipos cuyo Club ve como compartimentos estancos. He solido explicar mi visión acerca de que el entrenador de formación inmerso en una estructura de Club, a diferencia del resto de entrenadores, no tiene una absoluta libertad de cátedra para ejercer su actividad. No obstante, desde mi punto de vista, esto no significa que no deba tener autonomía.

viernes, 6 de diciembre de 2013

El mito de la filosofía

En baloncesto se escucha a menudo hablar de diferentes "filosofías". Es muy común que se mencione la filosofía ofensiva de este equipo o la filosofía defensiva de aquél. Suelen ser los apellidos que  acompañan a esta palabra en nuestro deporte: los dos roles principales del juego. 

Filosofía, etimológicamente, significa "Amor por la sabiduría". Ya se sabe que a veces hay amores que matan. No deberíamos dejarnos llevar a la ligera por la fuerza del término y llamar filosofía a ciertos planteamientos que están muy lejos del amor, en este caso, por el deporte. 

Me produce cierto recelo, especialmente, el comprobar la existencia de ciertas filosofías defensivas. Las que están más "claras" son las que presionan en todo el campo, individualmente o en zona, durante todo el partido. Si la defensa es en medio campo, o incluso en 6,75, la filosofía no suele pregonarse de la misma manera. Puede ser que sí que se alardee en ciertos casos de estas filosofías "traseras", pero como mínimo se escucha mucho menos. Lo que de verdad "vende" es la filosofía de la presión defensiva. Es el no va más...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Larga distancia

En el mundo del entrenamiento deportivo, las diferencias físicas entre hombres y mujeres han sido y son objeto de múltiples estudios. Las intenciones de tales investigaciones son muchas veces simplemente explicativas y otras utilitarias, es decir, su objetivo final es que se utilicen los datos obtenidos o las conclusiones que se derivan a partir de esos datos para algo. En este sentido y refiriéndome al plano específicamente deportivo, cuando hablamos de las diferencias entre mujeres y hombres, una razón utilitaria puede, debería ser y normalmente ha sido establecer medidas que igualen o equiparen la práctica de ambos sexos en un deporte en cuestión. 
No hay mayor desigualdad que la de tratar a todos por igual, pero esto parece que en nuestro querido deporte no se aplica.

Saltándonos las evidencias científicas y no científicas, permitimos que los niños pasen de jugar en minibásket, con el aro a 2,60 metros de altura, a canastas de baloncesto a 3,05... y por si no fuera suficiente cambio, el balón aumenta de tamaño, especialmente importante es que aumente el diámetro, y por consiguiente, también de peso: de talla 5 a talla 7. En el caso de las categorías femeninas, el balón pasa a talla 6 como única medida adaptativa de género.

Esto es lo que ocurría hasta hace poco. La situación actual es todavía peor: la línea de tres puntos, uno de los mayores espectáculos de nuestro deporte (junto con el ansiado mate), se aleja medio metro más del aro con respecto a hace unos años: de 6,25 pasamos a 6,75. Es decir, que los niños de 11 años pasan, en cuestión de días o meses, a jugar un baloncesto de medidas adultas para el que la mayoría, la gran mayoría, no está preparada. Eso sí, las niñas con un balón talla 6... ¿es suficiente esta medida?

lunes, 4 de noviembre de 2013

La sangre se lava con sangre

Hay que ver. El éxito puede transformar en bueno casi todo lo que nos lleva a él. Por algo Maquiavelo ha pasado a la historia y ha dejado en ella un adjetivo que con casi toda seguridad nos acompañará siempre. Y no, no siempre el fin justifica los medios.

Este verano, Lucas Mondelo dejaba una frase también para el recuerdo: "La sangre se lava con sangre". La pronunció en un tiempo muerto y el objetivo que pretendía con ella estaba más que claro: venganza. Se puede llamar o maquillar como se quiera, pero apeló a cierto espíritu vengativo para que sus jugadoras no bajaran la intensidad, recordando un episodio anterior donde sufrieron lo que desde su punto de vista fue una humillación. Totalmente respetable. A veces los entrenadores decimos una cantidad de salvajadas que después, analizándolas fríamente, ni siquiera nosotros las comprendemos... o simplemente llegamos a la conclusión de que podríamos haber elegido otras palabras o ejemplos mejores.