La voluntad es el punto inicial sobre el que partir para emprender las tareas más complicadas. Sin ella, cualquier empresa podría antojarse imposible en un momento determinado, incluso las que en principio parecían sencillas.
No es difícil para un adulto decirle a un niño: "Pórtate bien" o frases por el estilo. Tanto como para un entrenador de baloncesto pronunciar el famoso "Esfuérzate" o "Hazlo".
En el primer caso, quizás el niño no sepa cómo portarse bien y tampoco tenga voluntad de hacerlo... En el segundo, puede que el jugador no sepa exactamente cómo enfocar sus esfuerzos o simplemente no sepa cómo hacer la tarea que tienen encomendada (o que se supone que tiene encomendada). Y por supuesto, también puede que no quiera esforzarse. Sobre esto opinaré más adelante.