
Por ejemplo, en el último encuentro que vi de Liga Femenina este fin de semana, conté hasta 6 veces en las que los equipos se quedaron sin posesión precisamente tras capturar rebote en pista ofensiva. Simplemente no tuvieron tiempo para ordenar sistema o, en otras ocasiones, se "comieron" el balón, es decir, ni percibieron que la posesión se estaba agotando.
Siempre he entendido el baloncesto ofensivo como algo muy fluido y dinámico, de manera que determinadas reglas no demasiado fijas dieran lugar a la versatilidad en ataque. Sobre todo en categorías de formación. Sí que es cierto que en una etapa posterior, el entrenamiento de sistemas más cerrados (para buscar una opción concreta) se suele hacer indispensable.