miércoles, 19 de julio de 2023

El mal menor

Hace ya muchos meses surgió un pequeño debate en redes, puede que políticamente incorrecto y cada vez menos recurrente en público por esta razón. Participamos un grupo de colegas entrenadores, algunos de los cuales nos conocemos en persona, otros a través de WhatsApp y muchos a través de Twitter. En este debate entraron a su vez periodistas y aficionadas, entre otros usuarios de Twitter, opinando sobre un tema sobre el que cada vez más gente en todo el mundo mira de soslayo, especialmente si eres hombre: las entrenadoras. ¿Por qué no hay más entrenadoras? ¿Están preparadas las que hay? ¿Es proporcional la representatividad que tienen con la formación que atesoran? ¿Cuál es la mejor manera de fomentar que haya más entrenadoras?

El ratio que se suele observar en los cursos de entrenador, en todos los niveles, es pequeño. En el Curso de Entrenador Superior quizás nos encontramos con el menor ratio de todos. Entre 5 y 10 entrenadoras suelen cursarlo, por 150 o 200 entrenadores. Menos de un 10%. Bastante menos. Por si alguien se lo pregunta, el número de licencias de jugadoras en 2022 era de unas 130.000 por 250.000 masculinas. 

La FEB publicó hace un par de días las listas de las selecciones españolas U12 y U13. Los equipos técnicos femeninos están compuestos exclusivamente por mujeres y los masculinos casi exclusivamente por hombres (hay una fisioterapeuta y una delegada con los chicos U13). Hasta aquí, estos son los datos. Ahora bien, yo me pregunto si son los datos que queremos tener y si lo que hacemos es lo más adecuado.

Bueno, estas preguntas ya son de por sí muy complicadas, porque ponernos de acuerdo en ese “nosotros" nos llevaría media temporada (y eso que estamos en verano). El hecho de simplemente plantearlas te puede llevar a un conflicto interminable donde se interpreten y malinterpreten voluntades que no tengan nada que ver con encontrar la mejor solución para todos. Espero que esto no suceda. 

Durante muchos años, un buen puñado de entrenadores han creído en el baloncesto de las chicas de toda España. Y lo han hecho, la inmensa mayoría, pensando una cosa evidente: esto no va de baloncesto masculino y femenino, sino de baloncesto. Chicas y chicos deben entrenar por igual, ser exigidos por igual, ser formados por igual. Entre estos entrenadores, por sentimiento y por número de temporadas vinculado a equipos femeninos, me debo incluir. Y como yo, tantos y tantos entrenadores que no solamente han trabajado por la formación de las jugadoras, sino también por la de las entrenadoras. Ayudantes con las que compartir el día a día, explicándoles todos los entresijos de la formación de las chicas, la metodología, la planificación de la temporada, la preparación de entrenamientos y partidos, la gestión de los grupos de padres... y animar a que dirigieran su propio equipo cuando se encontraran preparadas, o incluso antes de que ellas pensaran que lo estaban, acompañándolas en este proceso. 

Poco a poco van llegando cada vez más entrenadoras, como es normal, aunque creo que estamos aún lejos de lo deseable, básicamente porque siempre se desea que sean más, ya que la realidad es que, en general, faltan tanto entrenadores como entrenadoras. Esta velocidad, lenta, de chicas que llegan a entrenar se suele achacar a la falta de referentes. Hay muchos estudios que analizan las causas del abandono deportivo que se da especialmente en las chicas (desde Universo Mujer y Basket Girlz se han llevado a cabo varios bastante importantes). Pero sobre el camino que se rompe en algún momento en las entrenadoras no se ha escrito tanto. Es lógico pensar que si una jugadora deja de jugar en infantiles o cadetes, no se hará nunca entrenadora. 

Normalmente las entrenadoras son las jugadoras que tienen una trayectoria larga (al menos como jugadora de formación), así que quizá el primer paso sería que siguieran jugando todo lo que puedan. Pero claro, siguen jugando y apenas hay entrenadoras que las entrenen a ellas, con lo cual, no tienen la referencia de poder llegar a ejercer como tales y "la mayoría" (que digo yo que será la mayoría, porque apenas llegan) no se lo plantea. Esta es la teoría, pero ¿de verdad esto funciona así? Yo tengo mis dudas.

Quizás los hombres deberíamos dejar de entrenar en categoría femenina. No me equivoco mucho si digo que esto es lo que querría mucha gente (en aquel debate que comenté al principio se propuso más o menos esta medida directamente y se culpabilizó a los entrenadores hombres de que no hubiera más mujeres entrenando). Sería bastante coherente con estas políticas. Así veríamos realmente si es cierta la teoría de las referentes y podríamos comprobar qué pasa con el nivel de las jugadoras. Aunque siempre influirán tantas variables que sería difícil de comprobar. Pero a diez años vista, sin un entrenador hombre que contamine este hipotético experimento del deporte exclusivamente femenino, aunque perdamos por el camino sus conocimientos y el desvivirse por transmitir valores junto a estos, se podría evaluar en términos generales dónde estamos. Tanto a nivel local, como nacional e internacional. "Simplemente" tendríamos que objetivizar las variables a evaluar (nivel de juego, de jugadoras, campeonatos europeos, mundiales, etc.). No presupongo que el nivel bajaría por el hecho de que las chicas fueran entrenadas sólo y exclusivamente por mujeres, pero me da que los números no nos llegan para que el volumen de jugadoras actual pudiera mantenerse. Recordemos: el baloncesto es el deporte con más licencias femeninas. Y la falta de entrenadoras destrozaría la base de la pirámide y el nivel, irremediablemente, se resentiría.

A veces toda esta situación me queda grande porque, puede que siendo simplista, pienso que una chica puede tener dos referentes cercanos: su madre y su padre. ¿En serio hace falta meternos en este debate? Sí, hay muchos tipos de familias y puede que a la niña le falte el referente paterno, ¡pero también puede que le falte el materno! Padres y madres actúan como referentes. Ambos. Negar esta evidencia nos lleva a conclusiones un poco trasnochadas, pero que tienen una lógica aplastante: si negamos que un hombre pueda ser un buen ejemplo para una chica, entonces debemos estar obligatoriamente de acuerdo en la vuelta a la educación segregada por sexos. Solamente mujeres enseñando a niñas y solamente hombres enseñando a niños en cada centro educativo de España. Esto, tanto si lo leéis en voz alta como si lo hacéis con vuestra voz interior, suena un poco peor, ¿verdad? A mí me suena fatal, desde luego. Y cuando veo las listas de las U12 y las U13 tengo sentimientos encontrados. Por un lado cierta satisfacción y por otro, irremediablemente, pienso en la segregación. ¿Capacidad o cupos? ¿Mujeres exclusivamente con chicas? ¿Se busca una representatividad de un 50%? ¿Por qué no en todos los equipos, en general, y no solamente entrenadoras con chicas y entrenadores con chicos? ¿Qué pensamientos subyacen aquí? ¿La promoción? ¿No es promoción de una entrenadora que entrene a un grupo masculino? ¿Esto nos hace mejores? No lo tengo nada claro, porque si La Familia no tiene género, ¿por qué parece que sí? 

Hace poco participé, de forma bastante pasiva, en una conversación sobre la sustitución de un entrenador que no podía continuar entrenando la próxima temporada al equipo femenino con el que había estado este año. Yo, que he acabado ciclo con el equipo que he entrenado los últimos cuatro años, también femenino, salía en las quinielas como entrenador "deseado" para sustituirlo. Eso sí, "siempre que no hubiera una entrenadora disponible". Ya está. Esa era la única variable. Daba igual la entrenadora que fuera, la formación que tuviera, la experiencia, los resultados, el carácter, la comunicación, la dedicación, la disponibilidad... Nada de esto parecía ser importante. Solamente se habló del sexo del entrenador. Si este tenía que ser masculino, porque no había ninguna entrenadora, que fuera yo. No sé si era un halago, que puede ser que sí, pero al menos siempre me quedará el consuelo de ser, como mínimo, el mal menor

2 comentarios:

  1. Qué importante me parece que los hombre que entrenan y/o trabajan en general con mujeres tengan algún tipo de estudio de género y qué claro me lo has dejado con tu entrada y tu nulo acercamiento al debate desde ese lugar.

    Personalmente no he leído nada sobre ese debate en twitter del que hablas, ni sé quien eres, pero me ha parecido obvio desde el principio de tu post que abordas el tema desde el cuestionamiento a la validez y la profesionalidad de las entrenadoras: “¿Están preparadas las que hay?”. Lógicamente habrá un poco de todo: entrenadoras muy buenas, entrenadoras mediocres y por supuesto entrenadoras que lleven a cabo un pésimo trabajo, exactamente como pasa con los hombres que entrenan. ¿Acaso que haya entrenadorEs mediocres o malos ha hecho que deje de haber así en general? ¿Acaso no hay margen de error para ellas? ¿y evolución? ¿Acaso no hay muchas más variables que influyen directamente en su rendimiento más allá de su preparación y experiencia? (acoso, falta de credibilidad por el hecho de ser mujeres, falta de referentes, falta de redes de apoyo dentro del sector, sueldo…)

    Aunque no quieras que tus palabras o voluntades con tu reflexión se malinterpreten, al dejar tantas cuestiones fuera del debate, es casi imposible no interpretarlas como una falta de perspectiva de género, y por lo tanto como una falta de consciencia y responsabilidad de una persona que lleva trabajando con chicas muchos años. Por mucho que tus intenciones y tus propósitos al entrenar a estas chicas, según tu criterio, eran de apoyo en ellas y en el baloncesto femenino, es obvio que priorizar la “calidad” y al propio baloncesto, dejando a un lado la carga de género que trae consigo el deporte FEMENINO, hace que se le reste importancia a cuestiones que sí son relevantes y que a ti no te importan, porque los chicos y las chicas son iguales, ya hay igualdad, todo está bien, se les debería exigir igual y tratar igual etc.

    Permíteme que vuelva a la idea del principio de que cuestionas a las entrenadoras mujeres, a lo largo del post has dejad joyitas como estas:

    - “Esta velocidad, LENTA, de chicas que llegan a entrenar se suele achacar a la falta de referentes.” El “lenta” ese… como echándonos la culpa a nosotras de que no haya más entrenadoras y no cuestionando al propio proceso de llegar a ser entrenadoras, por ejemplo.

    - “Así veríamos realmente si es cierta la teoría de las referentes y podríamos comprobar qué pasa con el nivel de las jugadoras.” Queda bien clarito que no confías en el talento que podemos llegar a tener las mujeres.

    Ahora quiero comentar esta frase que has escrito: “si negamos que un hombre pueda ser un buen ejemplo para una chica, entonces debemos estar obligatoriamente de acuerdo en la vuelta a la educación segregada por sexos.” Primero comentar que no se niega (ni en la realidad ni nadie lo hace) que un hombre pueda ser un buen ejemplo para una chica. De hecho, no se puede negar ya que desde siempre los hombres HAN sido referentes para las chicas, ya no solo en el baloncesto, sino casi en cualquier ámbito laboral. Lo que creo que no has entendido es que es necesario que los hombres entiendan a las mujeres con las que conviven desde la desigualdad en la que vivimos. Por lo tanto no sería negar nada, si eso, podría ser cuestionar que ellos son la mejor opción siempre. Sería más bien, o así lo entiendo yo, dar prioridad a que las mujeres entren en el mundo laboral como entrenadoras hasta que sea necesario y la situación de desigualdad de la que hablas se normalice y cambie.

    Me ha dado especial rabia la frase con la que acabas el penúltimo párrafo. Claro que la familia no debería tener género, sin embargo la responsabilidad de la familia y todo lo que el concepto engloba (cuidados sobre todo) queda impuesto, todavía, a la mujer. El chistecito del final no ayuda a quitarle hierro al asunto. Me resulta de muy mal gusto, la verdad, las cuotas son necesarias y que a ti no te guste nos da igual a las demás.

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  2. Si no has leído nada en Twitter, ni me conoces, te invito a que juzgues con más cautela las cosas que lees, ya que quizás lo hagas desde la perspectiva equivocada, porque lo que puede parecer obvio para ti, quizás sea obviamente lo contrario para muchas otras personas.
    En ningún momento cuestiono la validez de ningún colectivo, porque creo que esto no existe: la valía, la profesionalidad, es siempre individual, no colectiva.
    Cada uno elige la relevancia que tienen las cosas. Para mí, por ejemplo, es relevante decir las cosas a la cara, con nombres y apellidos. En el post no me he querido extender más, pero cito los estudios de Universo Mujer, donde encontrarás todas las variables de las que hablas y muchas más que, efectivamente, son relevantes. Tanto como las que comento: no eres tú quien decide lo que tiene y no tiene relevancia, entre otras cosas porque van a depender enormemente de variables contextuales. De nuevo, te invito que a que no juzgues más allá del sesgo que puedas tener. No obstante, como digo, yo hablo de las variables de las que quiero hablar en mi blog. Y no hacerlo de las demás no denota falta de perspectiva de género. Eres rápida para aseverar y para juzgar. Quizás también deberías pensar que te puedes equivocar. Yo tengo muchas dudas, por eso el post está cargado de preguntas.
    La velocidad LENTA es una realidad. Ojalá no lo fuera. Yo no he conseguido que sea más rápida en mi contexto. Hay muchas variables que influyen en ello. La responsabilidad de las entrenadoras (o potenciales entrenadoras) es una más. En ningún momento cometo la simpleza que imaginas culpabilizando a ningún colectivo por dos razones: porque no existe dicho colectivo, como he comentado antes, y porque depende del contexto que influyan más o menos unas u otras variables.
    Yo confío en las personas. Me da exactamente igual que sean hombres y mujeres. Estoy en un club donde coordinadora y DT son mujeres y son muy, muy buenas. Confianza máxima en ellas. Pero soy, ante todo, objetivo con las personas. A mí el sexo no me ciega. ¿Y a ti?
    En tu contexto quizás no se niegue que un hombre no pueda ser referente para una chica, pero en el mío sí… y todo esto proviene, recuerda, de un debate que desconoces. Se mencionó literalmente esto.
    Yo podría estar de acuerdo con la discriminación positiva cuando se da en igualdad de condiciones. Si no, es un tremendo error. El sexo no puede ser el único criterio en ningún caso. Cualquiera con un mínimo sentido común debería estar de acuerdo con esto. ¿Cómo vamos a elegir un entrenador porque sea hombre o mujer? Es un disparate. ¿Puede ser el sexo uno de los criterios? Puede serlo, pero no el único. Nunca. Dicho de otra manera: no se puede descartar a ningún candidato por el hecho de ser hombre o mujer para entrenar a un determinado equipo. ¿No estás de acuerdo con esto?
    Y lo que te ha dado especial rabia, no te preocupes: es producto de tu desconocimiento del tema. “La Familia” es como se llama a las selecciones españolas de baloncesto. No era ningún chiste, sino una referencia a este artículo:
    https://www.marca.com/baloncesto/eurobasket-femenino/2023/06/27/6499d9ac268e3e00718b459b.html
    Si me conocieras, sabrías que hago pocos chistes con esto.
    Saludos y gracias por pasarte y comentar.

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