El pasado domingo tuve el placer de volver a participar en otra de las sesiones de las I Jornadas de Tecnificación FAB Cádiz, categoría infantil, con el grupo femenino.
Éstas tuvieron lugar en Algeciras y participaron en ella 13 chicas. En esta ocasión dividí la sesión en tres partes, cada una con un objetivo principal bastante diferenciado. La sesión completa se puede leer al final del post o buscar en la sección "Archivos" (barra lateral).
El primero de los objetivos estaba relacionado con la mejora de su dribling. La mayoría de jugadores de categorías de base no son conscientes de que suelen botar siempre con el mismo compás. No cambian el ritmo de bote. Tienden a botar haciendo coincidir el bote con el apoyo del pie contrario a la mano que lo inició, es decir, si botan con la mano derecha, el bote de la pelota en el suelo coincidirá prácticamente con el apoyo del pie izquierdo.
Así pues, la primera batería de tareas, a modo de calentamiento, fue encaminada a que las jugadoras fueran conscientes de ello, ya que es muy difícil mejorar algo si no se sabe exactamente el por qué. Botar siempre con el mismo compás las hace predecibles. Además, probablemente les proporcione una sensación falsa de buen manejo de balón y nada más lejos de la realidad: hay que ser capaz de botar en todas las condiciones, variando la fuerza y altura de los botes a voluntad. Esto genera una riqueza en el dribling que les facultará para evitar manos rivales en múltiples situaciones.
El segundo objetivo principal eran las culminaciones desde su génesis, es decir: para culminar, primero tienes que obtener ventaja. Por ello, como puente entre el dribling y las culminaciones, entrenamos un par de gestos técnicos para superar a nuestro par en carrera y así centrarnos en el segundo objetivo principal.
Este objetivo fue desarrollado durante toda la parte principal de la sesión. Realmente, el objetivo específico era la lectura de estas culminaciones. Por ello, trabajamos las decisiones sobre la utilización de varios gestos técnicos, sobre todo relacionados con la protección del balón en función de la actividad defensiva. En este sentido, señalamos la responsabilidad defensiva de una compañera de equipo como parte fundamental de la mejora en el ataque. Las defensoras debían seleccionar entre tres grados y formas de conductas defensivas y, al percibir la correspondiente conducta, la atacante debía ejecutar un fundamento u otro.
Creo que fue un trabajo bastante atractivo y que las jugadoras aprovecharon. Además, no fueron pocas las que después aplicaron los gestos entrenados en situación real, por lo que me fui bastante satisfecho.
En la parte final, el tercer y último objetivo era más bien conceptual: la salida abierta clásica como la gran olvidada de los entrenamientos. No son pocas las críticas que recibe por la gran cantidad de pasos de salida señalados a quien las practica. Ahora bien, ¿son señaladas las violaciones porque es una salida poco efectiva o porque no se entrena lo suficiente? Bueno, los datos fueron más que evidentes... Ninguna de las chicas la entrenaba asiduamente.
Después de un par de ejercicios sobre este tipo de salida, dimos por concluidas las sesiones. La verdad es que se pasó el tiempo muy rápido, como siempre que se tiene interés por la actividad realizada.
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