La Tierra Prometida

Para cualquier persona es sencillo aconsejar qué hacer o qué no hacer con un equipo de formación. Se puede decir que hay que jugar de una manera o de otra, por conceptos o con sistemas, presionando a todo el campo o defendiendo en zona, con más o menos individualidades, con bloqueos o sin ellos... y mil historias más.

Cualquiera puede abrir un blog, ir a un partido y sentarse en el último asiento, o en medio de las aficiones locales o visitantes, sentarse a ver la tele, escuchar la radio, leer una revista... y dar un clínic sobre lo que se debe y no se debe hacer, o cuál sería la mejor manera de ganar el partido, o incluso de ganar "de más" puntos.

Esto es lo fácil. Yo, de hecho, es lo que hago en este blog. Ya corresponde a cada cual que escucha o lee estas opiniones juzgar lo válidas o respetables que son. O simplemente si responden o no a su filosofía, si se está de acuerdo con sus puntos de vista. Desde el mío, lo más importante sería reflexionar acerca de si éstos son éticamente correctos y si responden a un análisis costes/beneficios para las jugadoras.

Jugar por conceptos es una idea tan maravillosa que parece irreal. Generar problemas a las jugadoras para que los resuelvan y sean conscientes de sus necesidades quizás sea incluso una utopía. De hecho, marcarse como objetivo la mejora individual de cada chica, sin anteponer una determinada victoria que nos acercara al "ganar de cualquier manera" es visto como un absurdo para muchos entendidos... Perdón, "entendidos".

Estos "entendidos" que piensan que todas estas historias son poco menos que estúpidas, que van a un partido a ver cómo un determinado equipo gana de cualquier manera, o peor, a ver cómo un determinado equipo pierde porque no actúan como piensan que deberían actuar, bien las jugadoras o bien el cuerpo técnico, probablemente se autojustifiquen pensando: "Todo el mundo va a ganar" o "Ganar es lo importante". O quizás incluso intuyan que el equipo sigue alguno de sus consejos... O cualquier otra cosa que su mente sea capaz de crear, imaginar o acomodar parte de la realidad para que se sientan bien. Quizás terminen abriendo los ojos... 

Repito, todo esto es lo fácil. Es gratuito. Tanto lo que hago yo, como lo que hacen estas personas... Pero esa idea utópica, la Tierra Prometida, existe. Y lo mejor es que yo la he podido ver.

Hoy he asistido a un partido donde alguna chica que llevaba jugando años de interior, lo hacía de exterior con bastante solvencia, donde jugadoras que tenían un peso enorme en la anotación miraban primero a sus compañeras, donde escoltas subían la pelota muy eficientemente, a ratos con brillantez y un sentido común brutal, donde jugadoras con poco peso histórico en su generación mostraban descaro e intensidad, donde se atrevían a tomar decisiones... Y todo ello intentando jugar por conceptos, con fases de auténtico baloncesto. 

Poco importa si se estuvo más o menos acertada, si se ejecutaron las ideas con mayor o menor lentitud o se cometieron errores. Menos mal que se cometieron... si no sería muy difícil mejorar. 

A todos los que piensen que se perdió el partido, siento decirles que se equivocan. Se ganó y por bastante. Un auténtico éxito, y aunque las chicas se lleven los máximos honores, porque sin duda se los merecen, especial mención deben recibir sus entrenadores. Los "aguantacríticas" de turno, algo que la mayoría de las veces va implícito en el título de entrenador. Repito: lo fácil es escribir y opinar, lo difícil es hacerlo. Ellos están demostrando cada día que la Tierra Prometida no es una utopía: existe y la están viendo. Quizás todavía quede lejos, pero tanto ellos como las chicas a las que entrenan ya la pueden ver a simple vista, allá por el horizonte... y yo he tenido la suerte de verla hoy junto a ellos.