domingo, 4 de noviembre de 2012

Entrenadores de Taifas

Ilusión
Cuando comienza una nueva temporada, supongo que la mayoría de los entrenadores llevamos en la maleta un montón de ideas y proyectos... ilusiones al fin y al cabo.

En esta maleta, aún sin haber pensado en ellos, seguramente estarán nuestros objetivos personales. Todos nos movemos en base a estos objetivos, aunque cuando están reflexionados, y aún más si se recogen por escrito, nuestro camino suele ser más recto y nuestra voluntad más firme. De lo contrario será nuestro subconsciente el que nos guíe... y puede que los cambios de viento afecten demasiado a nuestra veleta. Y aquí en Cádiz, lo que es viento, hay un rato.

Pero lo importante es que cumplir estos objetivos personales significaría hacer realidad nuestras ilusiones y esto es una motivación muy fuerte para cualquier persona. Sin embargo, he de llamar la atención ante la palabra ilusión, ya que muchas veces significa "engaño de los sentidos" más que "esperanza cuyo cumplimiento resulta especialmente atractivo" (RAE).

Por todo esto, creo que antes de comenzar a trabajar para un determinado Club hay que sentarse tranquilamente, puede que en varias ocasiones, y que las dos partes sean claras. Y no estaría de más que se comentaran estos objetivos personales, aunque siendo realistas, lo normal es que no se mencionen. Al fin y al cabo son personales; son prácticamente un secreto... y "a quien dices el secreto, das tu libertad"*. 

En todos los cursos de Entrenador en los que he sido profesor, he intentado transmitir la idea de Club, aún sin estar defendiendo ningún modelo. Un Club es uno, no un conjunto de equipos. Los entrenadores estamos a cargo de un equipo, poco más. Y dentro de este equipo, si es una categoría de base, lo normal es que la máxima importancia la tengan los jugadores, como no podría ser de otra manera. La calidad de su formación es lo primero, entendida ésta como seguridad en su práctica en primer lugar y enseñanza profesional en segundo lugar. Sí, profesional, porque quien trabaja con menores debe ser profesional, aunque no se cobre proporcionalmente al trabajo realizado. Ésta es la realidad actual todavía en muchos puntos de España y es uno de los hándicaps que hay que aceptar.

Obvio decir que la calidad de la formación está directamente relacionada con la preparación del entrenador y espero impaciente el día en el que se sea inflexible en este aspecto.

En lo que respecta a los clubes, hay que ser consciente de que los entrenadores pueden cambiar cada año y, por qué no, también los entrenadores veteranos pueden olvidar dónde están. Por eso hay que recordar cada temporada cuáles son las obligaciones y los derechos de los entrenadores, que deben estar tan o más claros como las obligaciones y derechos de los jugadores.

Caballero musulmánLos entrenadores de formación no debemos ser Entrenadores de Taifas. Ni siquiera entrenadores de equipos: debemos ser entrenadores de jugadores. Y si nuestros objetivos personales, nuestras ilusiones, nos separan un ápice de esta idea, nos estamos dejando engañar por una serie de circunstancias que sólo pueden acabar de una manera: perjudicando a los jugadores que entrenamos y a nosotros mismos.

Así que seamos prudentes, llenemos nuestra maletas de ilusiones, tengamos claros nuestros objetivos personales y que estos nos ayuden a llevar a los jugadores y jugadoras de nuestro Club allá donde ellos deseen... no al contrario.


Tower of London 

*Esta frase la leí en la Torre de Londres, en perfecto español, cuando visité una de las celdas. 

Totalmente anónima. Totalmente acertada.

2 comentarios:

  1. Interesante artículo. Me gusta la idea de exigir mayor formación a los entrenadores. Me voy a apuntar este blog. (Aquí un licenciado como tú que está haciendo el segundo nivel de entrenador de baloncesto, y disfrutándolo muchísimo!).

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  2. Muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que hayas optado también por la formación específica en baloncesto. ¡Un abrazo!

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