martes, 11 de mayo de 2021

Decálogo para escribir una crónica en categorías de formación

Cada vez tengo más dudas sobre si es positivo escribir una crónica en categorías de formación. Tendríamos que pensar, inexcusablemente, en dos cosas al menos: el objetivo que perseguimos con ella y las repercusiones que pudiera tener, esto es, un análisis costes-beneficios. 

Estoy seguro de que, en muchas ocasiones, este análisis se obvia por completo en muchos clubes. Así que aquí va un pequeño decálogo que a mí me sirve de guía para escribir una crónica hacia al exterior (que es o puede ser muy diferente de la que se podría hacer a nivel interno en el Club). 

Habla de tu equipo. Especialmente de cosas positivas o neutras. Lo que hay que mejorar ya lo dirá el entrenador en los entrenamientos. 

2º Escribe en general, sin personalizar con nombres y apellidos. Este nivel de individualización también corresponde al entrenador y al entrenamiento. Muchos jugadores, además, no quieren ser destacados en público, ni siquiera de forma positiva, y puede ser contraproducente. 

3º Si es inevitable personalizar, hazlo para hablar de algo que no tenga que ver con la capacidad o el desempeño. Por ejemplo: ánimos ante una lesión. Todo lo demás puede generar comparaciones y sentimientos encontrados entre los jugadores y a menudo, por desgracia, también entre los familiares. El MVP de un partido debe ser el equipo

4º Evita términos o expresiones que puedan considerarse una falta de respeto hacia el otro equipo: "apalizar", "arrollar", "borrar"... Una crónica de un equipo de formación que realiza un Club no es una crónica hecha por un periódico deportivo. El respeto es lo primero. La ausencia de respeto no genera una imagen positiva de ese Club. 

5º Si has de hablar del otro equipo, quizás sea mejor no decir absolutamente nada que tenga que ver con su rendimiento... y tampoco de su esfuerzo. Repito: el respeto es lo primero. Es muy fácil malinterpretar: si destacas al otro equipo habiendo perdido, tus jugadores se pueden sentir mal. Si lo destacas habiendo ganado, el otro equipo se puede sentir evaluado desde un prisma de superioridad... Volviendo al punto 1: mejor habla de tu equipo y ya está

6º Si hablas de los jugadores del otro equipo, igual que con los del nuestro: o destacas algo que no tenga que ver con su capacidad, como alguna acción de Fair Play, o mejor no digas nada. No hay que desear para el otro equipo nada que no deseáramos para el nuestro. 

Intenta no excusarte: cansancio semanal, lesiones, nivel arbitral, frío... Excusas hay innumerables. Hasta la más pequeña no pasa inadvertida para los lectores pues, recuerdo: la mayoría de ellos serán gente de baloncesto, incluidos árbitros, directivos del resto de clubes y federativos, entrenadores y jugadores rivales, etc. Las excusas no suelen generar tampoco una imagen positiva para el Club, especialmente si ganas, pues suelen ser indicativo de prepotencia ("deberíamos haber ganado de más, pero..."). 

En un partido participan tres equipos: dos que juegan y uno que arbitra. Con el equipo arbitral deberíamos seguir las mismas reglas que con el rival: si se va a hablar de algo positivo o neutro, adelante. Si es algo negativo, mejor obviarlo. 

Las familias son parte fundamental de un equipo de formación. Las crónicas pueden contribuir a agradecer su esfuerzo, por ejemplo, ante partidos donde hayan colaborado en el transporte; o simplemente a resaltar lo positivo de sus ánimos en los partidos de casa, destacando el respeto ante el equipo rival y arbitral. Claro, para destacar esto es necesario que se produzca y uno de los objetivos de los clubes es, precisamente, que se produzca. 

10º Evalúa lo que has escrito. Si has escrito la crónica de un equipo del que no eres entrenador, enséñasela  primero al Director Técnico y al entrenador. Si no le gusta a alguno de los dos, no la publiques.

Estas crónicas suelen acabar en redes sociales... y estas son un juez implacable. Normalmente incluso atemporal. El que más y el que menos nos hemos visto juzgados por crónicas escritas en un momento de euforia excesiva o simplemente teniendo en mente ciertos objetivos, más o menos acertados, sin pensar en las distintas interpretaciones que pueda tener lo escrito. 

Es difícil acertar siempre. Pero como dicen que dijo Abraham Lincoln: 

"Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo." 





lunes, 23 de marzo de 2020

Preminibasket (U10)

Parte del CD San Felipe Neri Premini Femenino 2011
Introducir a una generación de chicas o de chicos en el mundo del baloncesto es, a la vez, un privilegio y una responsabilidad. Este año he disfrutado guiando los primeros pasos de las chicas de 2011 del CD San Felipe Neri. Sus primeros partidos, sus primeros nervios, sus primeros pases, sus primeras canastas, sus primeras frustraciones, sus primeras alegrías en una pista... ¡Tantas primeras cosas! Y aún nos quedan unas cuantas que, por desgracia, tendrán que esperar debido a las circunstancias. 

La liga en la que hemos participado se llama Valorcesto. Seguro que lo habéis visto en etiqueta # por las redes sociales, pues se ha extendido a más categorías y es fácil que aparezca este hashtag en muchas competiciones de la Federación Andaluza de Baloncesto. La verdad es que es una idea muy bonita que más o menos de manera parecida se lleva a cabo en muchos sitios de España. Resumo: se puntúan los jugadores inscritos en acta (hasta 15, en formato 5x5), también los entrenadores (con punto adicional para las entrenadoras) y aquellas conductas que podríamos llamar "deportivas". Por el contrario, se restan puntos si se incumplen las reglas de rotación (todos juegan 2 periodos como mínimo y 4 como máximo), si no hay entrenador o se llevan a cabo conductas antideportivas. Hasta aquí todo bastante claro. ¿Y por qué se contabiliza todo esto? Pues porque a final de temporada al primer clasificado se le invita a la Copa Premini, que es un fin de semana de más diversión.

martes, 11 de junio de 2019

El miedo de la post-temporada

 https://www.vivosano.org/a-que-tenemos-miedo/
Estoy convencido de que no es un problema de memoria, sino de percepción. Todos percibimos nuestro alrededor según nuestro propio prisma y, supongo que inconscientemente, solemos estar bastante seguros de que tenemos razón y los demás no. La gente lo suele hacer todo mal, menos nosotros, que somos los guardianes de la verdad y la razón.

Por eso las post-temporadas son tan interesantes. Te das cuenta de que aquellos clubes que incorporan jugadores lo hacen porque son los propios jugadores los que se ofrecen a ese Club, pero que cuando son los jugadores de tu Club los que se van al Club rival, entonces seguramente es porque éste ha utilizado artes oscuras, a saber: jugadores que invitan a otros jugadores, promesas de Campeonatos, becas de cuotas anuales, etc.

lunes, 1 de enero de 2018

La autoexigencia

Después de casi 20 años entrenando es normal que haya conocido muchas jugadoras y jugadores con personalidades muy diferentes. Y analizando un poco más allá, todavía más interesante es para mí reflexionar, ahora ya con mucha perspectiva, sobre el perfil tan problemático que tenía yo como jugador, sobre cómo me veo reflejado en chicos y chicas que conozco y entreno, y también cómo puedo intentar ayudarles en este aspecto.

Me suelo definir como inconformista... como una cualidad y también como un defecto. He sido siempre el peor de mis jueces. El más implacable. A nadie le temía más que a mí mismo porque era el que me imponía el listón más alto. Sin embargo, con el tiempo he comprendido que no era a mí solamente al que correspondía poner la altura de ese listón ni tenía por qué recorrer ese camino yo solo. Y a pesar de comprender esto, lo sigo haciendo. 

Esta autoexigencia, digamos desmedida, me ha hecho perderme durante muchos años situaciones extraordinarias simplemente porque se podían hacer mejor. El inconformismo a veces está reñido con la felicidad. Citius, altius, fortius. Cerrarme la puerta a disfrutar lo máximo en cada momento es uno de las peores consecuencias del perfeccionismo. Autoexigencia, inconformismo, perfeccionismo... el cóctel es, a priori, peligroso. Y a posteriori puede serlo aún más.

lunes, 21 de agosto de 2017

El paso cero

Durante muchos años el baloncesto FIBA y el baloncesto NBA han convivido no sin ciertas tiranteces, puestas éstas de manifiesto casi siempre en los torneos internacionales. Unos torneos a los que, por alguna razón, solemos exigir que la selección estadounidense asista. Y no solamente que asista, sino que compita con los mejores jugadores que tiene. 

Desde hace ya bastantes años existe un movimiento de aproximación entre estas dos instituciones. Sobre todo en lo referente a instalaciones y reglamento. Ya casi ni recordamos cuándo se implantaron los cuatro periodos y los 24 segundos de posesión. Y la última modificación fueron el cambio de forma de las zonas restringidas y el aumento de la distancia de la línea de tres puntos que se alejó en el reglamento FIBA (de 6,25 a 6,75 m). Es complicado explicar por qué no se realizó el dibujo exactamente igual que en la NBA (la distancia más alejada está a 7,05 m). Y es complicado porque, como pasa en muchas ocasiones, no se suelen explicar las razones ni los objetivos, aunque imagino que será porque la cancha FIBA es más pequeña (algo que mejorar probablemente en el futuro).

Pero el quid de la cuestión siempre han sido los famosos "pasos de salida". Sí, eso de lo que todo el mundo se ha quejado en alguna ocasión, especialmente en las finales olímpicas de 2008 y de 2012. Porque en la NBA sí están permitidos... ¿o no?