Esto no es un análisis más de la medalla de bronce obtenida por el equipo masculino español de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Ni siquiera lo es de la última jugada de ese partido por el tercer y cuarto puesto... aunque ésta sí que voy a comentarla.
Que el deporte de alto nivel tiene una exigencia máxima es algo que yo no voy a descubrirle ahora a nadie. Se tienen que dar muchas condiciones para que un deportista llegue a situarse entre los mejores del mundo. Genética, educación y trabajo. Y pasión, y voluntad, y sacrificio... Y muchas cosas más, pero seguramente todas explicables por la genética, la educación recibida y/o el trabajo llevado a cabo.
Toda clase de público, el que más y el que menos, no dudará en afirmar que todo esto que he dicho "ya lo sabe". Es lo normal. Tanta gente sabe tantas cosas... Lo que pasa es que yo cada vez tengo más dudas de lo que sé y de lo que no. De lo que es normal, o aceptable, y de lo que no lo es tanto.
Ricky Rubio ha recibido un sinfín de críticas durante el torneo olímpico. Críticas que han ido desde lo profesional a lo personal. Se ha puesto en tela de juicio no solamente su capacidad para tirar o sobrellevar los fallos, sino también su compromiso, su madurez mental, su peinado o incluso su orientación sexual. Se le ha invitado a irse de Río o incluso a dejarse el baloncesto.
Yo mismo me doy cuenta de haber caído en esta enorme trampa. Desde aquel Campeonato de Europa cadete de Linares en 2006, son muchas las personas con las que he hablado, desde hace ya 10 años, a las que les dije que Ricky Rubio conseguiría un cuádruple doble en la NBA. Y por ello aquí estoy yo habiendo visto prácticamente todos los partidos NBA de Ricky esperando que llegase ese día... Sufriendo con sus lesiones y errores, exigiéndole que mejorara su tiro, que fuera a por cada rebote para ir sumando estadísticas... Y decepcionándome cuando iba comprobando cómo no se convertía en un buen tirador que le facilitara más las cosas en la mejor liga del mundo.
Y aún así, a pesar de todas mis estupideces y de probablemente las de mucha gente que será incluso más estúpida que yo, esta temporada estuvo relativamente cerca de conseguirlo: 9 puntos, 10 rebotes, 12 asistencias y 8 robos. A muy poco de convertirse en uno de los cinco jugadores en lograr tal hazaña... Me pregunto cuál hubiera sido mi reacción. ¿Alegría por él? ¿Orgullo por haber acertado?
Muchas horas despierto esperando ese cuádruple doble que todavía no ha llegado... Pero lo que a Ricky le quitaba el sueño no era precisamente eso. A miles de kilómetros de distancia, su madre pasaba por los peores momentos de su vida. Una vida que se le escapaba y él tan lejos, sin poder estar a su lado. Normal que dudara en abandonarlo todo, en dejar su equipo y la NBA.
A lo largo de los años, esta generación ya había tenido que sobrellevar al menos un par de veces la pérdida de un familiar prácticamente en la previa de algún Campeonato. Y déjenme que les explique por qué: hasta el momento, en baloncesto hay competición internacional todos los veranos. Era relativamente fácil, aunque triste, que ocurriera. Estadística pura. Sin embargo, esto a la plebe no nos importa. Pase lo que pase, lo primero es el podium.
Pero esta vez era Ricky. Simplemente es "especial". Porque sí. Porque es "el elegido". Porque una vez le sacaron una foto con una varita y nos creímos que era Harry Potter. Y a partir de ese momento le exigimos que hiciera magia. Que fuera el mejor. Que se convirtiera en todo aquello que nosotros no podíamos ser. Que cumpliera los sueños que nosotros no seríamos capaces de alcanzar. Que en Río se olvidara de la tristeza y que sonriera y fuera feliz como él mismo una vez le dijo a Shved en Minnesota: "Change your face. Be happy. Enjoy!". Así de fácil porque nosotros, una vez más, se lo exigíamos. Es un profesional. Debía jugar mejor y ya está.
En la última jugada de los Juegos, Australia iba uno abajo. Quedaban unos 5 segundos, así que España debía defender ese balón sabiendo que no habría posibilidad de réplica y que una posible falta los condenaría a esperar el fallo del rival. Si lograba que Australia no consiguiera canasta, sería la tercera medalla olímpica consecutiva.
En ese último saque de banda estamos. Los cambios defensivos en los bloqueos, incluso en los cortes hacia el balón, eran previsibles. Tras recibir Andersen, defendido por Pau Gasol, todos los demás jugadores se mueven. Hacia el balón corta Patty Mills, posiblemente el jugador más peligroso para esta última jugada. Pero Ricky rápidamente salta a su camino, abandonando a su par y negándole la recepción. Aunque Mills lo intenta, Andersen no se atreve a darle el balón. Primer objetivo defensivo conseguido.
Mills no se rinde, intenta pasar cerca de Andersen para apurar las opciones de recepción. Se dispone a rodearlo e intentar recibir tras el rizo en puerta atrás... Pero fue un grave error. Quizás no si hubiera estado defendido por otro jugador, pero con él estaba Ricky Rubio...
Mills cortó relativamente cerca de Andersen y Ricky "pasó por allí"... Y claro, todo el que haya escuchado a Sito Alonso en algún clínic hablando de defensa sabrá a lo que me refiero. Mala suerte para Australia. Efectivamente, Ricky pasaba por allí.
En Estados Unidos suelen llamar deflection al hecho de tocar el balón pero no robarlo. Esto fue lo que hizo precisamente Ricky. El balón, descontrolado tras el toque de Ricky, salió de las manos de Andersen e impactó directamente sobre el pie de Dellavedova, que estaba defendido en ese momento por Víctor Claver. Con apenas 2 segundos, ambos jugadores intentan cogerlo, pero Víctor realiza una segunda deflection, palmeando el balón hacia la pista trasera australiana. No había tiempo para más. España era medalla de bronce.
Ricky contraía sus brazos con rabia, celebrándolo. Sabía que había sido crucial en esa jugada. Negando la recepción a Mills en primer lugar y con esa primera y trascendental deflection. Había hecho su trabajo, por supuesto, lo mejor que pudo o supo hacerlo. Como siempre.
Poco después de la final, un periodista estadounidense escribió: "Seguramente Rubio va a obtener poco crédito por una deflection fundamental para obtener la medalla de bronce". Estaba en lo cierto. Qué menos que haber conseguido, como mínimo, un triple doble contra los australianos... Porque bastante decepción fue el no haberle ganado a los estadounidenses. Casi todo por culpa suya. Por no mejorar el tiro. Por no contratar a un entrenador que le ayude con ello. Por no llevar otro peinado. Por no hacernos cumplir nuestros sueños, de los que le hemos hecho responsable directo.
Ojalá salgan muchos más jugadores como Ricky Rubio, pero no creo que vaya a ser posible. Yo, sin exigencias desde ahora mismo, prometo simplemente disfrutarlo.
Buena reflexión Antonio, que da lugar a una buena entrada, como casi todas las que publicas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, en que en la inmensa mayoría de las ocasiones, somos injustos con los demás, muy probablemente por nuestra propia incapacidad que nos limita, y que sólo nos deja sacar esa parte fea que todos tenemos, provocada por nuestras propias frustraciones, pero creo que es algo consustancial al ser humano.
He de reconocer que en un principio fui ciertamente crítico con el juego de Ricky, no brillaba, se cargaba rápidamente de faltas, no robaba, en fin no parecía acertado, hasta que empecé a fijarme más en esos intangibles que aportan los jugadores, y que desgraciadamente no aparecen en las estadísticas, pero ah!, benditos intangibles. Ahí empecé a ver el juego de Ricky de otra manera.
Te diré, que en la última jugada por la medalla de bronce, ni me percaté de que fue Ricky, quien hace la "deflection" que genera la situación para la segunda "deflection" de Claver, a quien atribuí todo el mérito.
Y aunque en baloncesto el éxito y el fracaso, son siempre colectivos, llegados a la situación de ese partido, habrá que reconocer esa mano de Ricky y su importancia.
Al César lo que es del César.
Totalmente de acuerdo contigo.
EliminarYo en directo la verdad es que sí lo vi. Estaba muy pendiente de Patty Mills. Era el jugador que más me preocupaba. Cuando vi que Ricky negaba la recepción y lo perseguía después, enseguida vi el gesto. Eso está muy entrenado. Hay gente que va diciendo que fue casualidad, suerte, incluso irresponsabilidad porque le podían haber pitado la falta... pero lo único que es son muchas horas de entrenamiento.
Yo también he sido muy crítico con Ricky por las faltas innecesarias (manotazo tras rebote defensivo del rival, etc.). Su +/- es buenísimo, pero no ha estado centrado, aunque creo que con razón.
Muchas gracias por la valoración y por comentar.
¡Un abrazo!
Una curiosidad...
ResponderEliminarComenté ayer esta entrada... ¿Si mi comentario no aparece es porque he dicho algo inapropiado en él?
Buenas. No me aparece ningún comentario... Ni en la carpeta de spam ni en la carpeta normal. ¡Siento que se haya perdido!
EliminarGratitud por tu amable feedback.
EliminarIgual cliqué algo que no debía al publicarlo...
Me ha parecido un buen artículo. Estoy de acuerdo contigo en que parte de las críticas que recibe se deben a unas expectativas hinchadas desde muy jovencito.
Como señala Postebajo, no es solamente eso de que le exijamos demasiado...
Es que Ricky me parece uno de los jugadores más incómodos del mundo a la hora de medir su influencia sobre el equipo... sus stats individuales no parecen guardar ninguna relación con su enorme influencia en las stats colectivas.
Mi idea es que ello se debe a que es uno de los últimos bases directores de juego que quedan, junto a CP3 y Conley (aunque habría que mirar cómo dirige Conley sin Marc). Miller está casi retirado, Rondo se ha quedado por el camino (digan lo que digan sus nºs) y en el Draft no se detecta que haya grandes proyectos con esa característica principal.
No estoy seguro de si responsabilizar de eso a los sistema que se han desarrollado bajo la dictadura del tiro lejano (por nombrar a los últimos contenders... sus directores de juego son Green y LeBron, no Steph ni Kyrie)o a esa moda de que los bases sean, ante todo, tiradores y penetradores y lo de dirigir juego que lo haga otro, que ellos están muy ocupados chuscándosela.
Digo incluso más... ElBrillanteMuchacho no solamente dirige el juego en ataque, sino tambien en defensa.
No tengo el dato, pero sospecho que, si bien su netrating en una temporada random ya es regularmente bueno, juntando el total de todos sus años en MIN y comparándolo con el de otros (supuestos) bases TOP en el mismo período... igual nos llevaríamos alguna sorpresa.
Un saludo.
Efectivamente, coincido contigo prácticamente en todo. Su +/- en Minnesota ha sido brutal desde la temporada uno. Una temporada, recordemos, en la que muchos periodistas ya comentaban un posible MVP compartido Rubio/Irving. El impacto fue muy grande... pero la lesión un desastre. Las expectativas eran tan grande que han sido imposibles de cumplir... Al menos para él. No sé las razones, pero está claro que ha sido así.
EliminarMuchas gracias por leer el blog y comentar.
Un saludo.
Tan cierto es lo que comentas como que si hubiera metido alguno de los tiros que falló (que fueron algunos) no hubiera hecho falta ningún deflection.
ResponderEliminarPues sí, puede ser... Ahora bien... Por casualidad no verías el tiro de Anna Cruz, ¿verdad? ¿A quién se le dio el mérito: a Anna o al robo anterior? Porque quizás sin ese robo se hubiera llegado perdiendo de dos en vez de empatadas...
EliminarLa última jugada fue la que fue, más allá de todo lo anterior y de eso iba el análisis. Quizás con menos tiros libres fallados contra Croacia o Brasil, a Australia no se la habrían encontrado en todo el Torneo Olímpico...
Gracias por leer el artículo y comentar.
Saludos.
El chacho es mejor que ricky y lo sabes. Ricky Rubio número 5 del draft Stephen curry número 7 del mismo draft, así que es una de las mayores menturas del baloncesto. Mínimo hay 20 mejores bases en el mundo que el, así q conformarse de que sabe defender me parece muy poco. A mi se me parece a Víctor sada y ves su carrera y la comparas con la de ricky y es ver lo que hace un buen marketing. Como decía el gran Andrés Montes ricky business y poco más porque baloncesto poco y en la NBA ya se han dado cuenta y solo sirve para jugar en minessota un equipo perdedor. Un saludo
ResponderEliminarHombre, te agradezco que te pases por el blog y que comentes... aunque sea en un tono un poco agresivo. A Andrés Montes le encantaba Ricky Rubio. El mote era pura fonética por la famosa película.
EliminarDices muchas cosas que me hacen pensar, a su vez, muchas más... No obstante sólo te voy a comentar la primera: entre Ricky o Sergio lo tendría muy difícil. Me gustan más los equipos dirigidos por Ricky que por Sergio, pero la calidad ofensiva individual anotadora de este último es indiscutible. Tan indiscutible como que en el apartado defensivo no hay color. De todas formas, lo veremos más claro en un Wolves-Sixers, ¿no?
Un saludo y gracias por comentar.
Estaré atento al partido sixers-wolves y si el chacho es capaz de jugar más de 20 minutos por partido y tener continuidad que es lo que faltó la anterior etapa de la nba. Seguiré atento al blog
EliminarMuchas gracias Javier. ¡Un saludo!
EliminarSolo un apunte, el jugador al que intenta animar de los wolves Ricky se llama Alexey Shved no Andy...
ResponderEliminarPor lo demás, ánimo Ricky!!
¡Cierto! Lapsus total. ¡Gracias!
EliminarAmigo, como siempre de 10. A los más críticos nos has hecho recapacitar de muchos pensamientos. Sigo siendo fanático de esa penya con Ricky y Rudy con ganas de comerse el mundo. Un abrazo para Cádiz des Alicante, y con ganas de que el destino nos vuelva a juntar cara a cara, por desgracia no compartiendo vestuario pero sí que puede ser delante de una cervez bien fresca.
ResponderEliminar¡Gracias Edu! Estaré atento a tu temporada. Especialmente a tu duelo contra Calpe.
EliminarNi que decir tiene que ni se te ocurre acercarte por Cádiz sin avisarme, ¿eh?
¡Un abrazo!
Creo que lo que más se valora en un comentario, artículo o crónica es la objetividad, cosa esta imposible porque todos tenemos nuestros "ojitos derechos" y tras leer tu artículo, reconozco que es la primera vez que lo hago por un amigo en común, me doy cuenta que ni siquiera valoras, en su justa medida, en lo estrictamente profesional, el campeonato de ricky rubio en su totalidad, te quedas en la jugada final, sin valorar apenas el campeonato realizado por Rubio a las olimpiadas de Rio 2016 estrictamente... y en eso creo que hay una impresión generalizada que estuvo mal, discreto, con pérdida de confianza pese a la fe absoluta de scariolo (que no dio a Calderón o a Lllull jugando de 1 por ejemplo) y pese a esa insistencia, los equipos le flotaban como hacía años no veía (solo recuerdo a sada contra el Panathinaikos) perdió balones probablemente por esa pérdida de confianza, y pese a algunas acciones defensivas de mérito (solo faltaba que no cumpliera ahí, entonces que nos quedaría de su juego, repito, en estas olimpiadas) negar que ha sido una desilusión de campeonato para Rubio, sería faltar a una realidad que, parece, no todos ven.
ResponderEliminarEstimado anónimo con un amigo en común:
EliminarLo primero es que gracias por perder el tiempo en leer esta humilde reflexión personal que hago en mi rincón de internet. La verdad es que yo mismo me he sorprendido del número de visitas recibido, pues no pensaba que fuera a trascender tanto.
Difiero bastante en la idea de que lo que más se valore en un comentario, artículo o crónica sea la objetividad. Desde el punto de vista científico, de hecho, esto no es así: siempre buscamos aquello que está de acuerdo con lo que ya creemos. Las evidencias son irrefutables. Además, tú mismo dices que la objetividad es imposible, con lo cual la valoración se convertiría en un sinsentido enorme...
Por otra parte, como explicaba al principio de la entrada, ni trataba de analizar la medalla de bronce, ni el torneo realizado por la selección española masculina, ni los JJOO de Ricky Rubio. Solamente "una pequeña parte de esa medalla de bronce". Dentro de esa pequeña parte está la jugada final. No hay más que eso.
Comentando la situación personal de Ricky durante estos Juegos, tengo mi valoración, claro. Pero repito, no era el objetivo de mi reflexión. Ni tampoco si Sergio Scariolo ha confiado más o menos en él o si debía hacerlo o no.
Sobre si el Campeonato ha sido una desilusión para Rubio... yo creo que no. Sí que creo que para ti, Rubio ha sido una desilusión. Esto probablemente. Pero lo primero creo que no. En cualquier caso, habría que preguntárselo a él. Para mí seguro que no lo ha sido... y de esto sí que iba el post. De lo que exigimos y de lo que no. Del derecho que tenemos o no de exigir un rendimiento por encima de las posibilidades que tenga cada uno, ya sea durante una vida deportiva o en un momento determinado. La decepción, no te voy a engañar, me ha invadido en varios momentos... pero por ella he llegado a la reflexión que hago en el artículo: ¿Por qué decepcionarme? Simplemente, como máximo, lamento cuando las cosas no salen mejor.
Un saludo y gracias de nuevo por leer y comentar.