Entrenador de entrenadores

Uno de los temas de debate que suelen salir siempre que converso con cualquier persona relacionada con el baloncesto es el funcionamiento de los clubes y, más concretamente, si existe o no en ellos la figura del Director Técnico, Deportivo o similar... La verdad es que hoy en día se suelen utilizar todos esos términos como sinónimos, aunque no lo sean. Y muchas veces se confunden las funciones de unos y otros porque éstas no están claras. Y si alguien las ha visto por escrito, entonces se puede considerar muy afortunado. Yo todavía no lo he sido.

Hace casi un mes que me propusieron, en mi Club, tener responsabilidad técnica desde la categoría pre-infantil hasta la categoría junior. Realmente sería desempeñar funciones de Dirección Técnica en esas categorías, obviamente en estrecha colaboración y total sintonía con la persona que desempeñe el mismo puesto que yo, pero en las categorías inferiores a pre-infantiles. Creo que el proyecto es bueno, aunque las ideas normalmente lo son. Incluso sobre el papel también. Falta ver si somos capaces de darle forma real.

Hemos diferenciado estas categorías estableciendo una línea en el cambio de canasta. Así, las llamamos categorías de iniciación al baloncesto (escuelas de baloncesto, benjamines y minibásket) y categorías de formación (el resto hasta junior). En este momento creemos que es la mejor definición. Quizá en el futuro, cuando tengamos un equipo sénior que a día de hoy no tenemos y más integrantes en nuestro Club, nos plantearemos otra diferenciación de categorías y el nombre de éstas, que ahora mismo están totalmente basados en los objetivos de cada una de ellas. Ahora bien, hay que crecer poco a poco, porque tan malo es tener pocos colaboradores, como tener los inadecuados. Rectifico: es muchísimo mejor tener pocos colaboradores que contar con los inadecuados. Por suerte, en la mayoría de ocasiones, estos últimos salen a relucir solos, sea a gritos en una grada o en un partido, mostrando su ignorancia o mala fe en las redes sociales o sembrando la semilla de la discordia criticando un trabajo altruista y de compensación de desigualdades. Qué cosas.

Una de las ideas que suele subyacer en la figura de un Director Técnico suele ser que viene a ser algo así como un "entrenador de entrenadores". Bueno, quizá en ocasiones pueda o deba serlo... pero creo que tiene que ser un entrenador "aceptado". En realidad es exactamente lo mismo que con los jugadores: deben aceptar al entrenador y creer en él, o difícilmente se tendrá éxito en la consecución de los objetivos.

Mi primera labor con el cuerpo técnico del año que viene ha sido muy sencilla: contar con los que quiero que estén. Ahora falta saber si hay más colaboradores dispuestos a creer en el proyecto y evolucionar con él. Yo espero que sí.

La segunda, igual hasta más importante que la primera, es preguntarles hasta dónde queríamos llegar en la planificación de nuestro trabajo y cuál querían que fuera mi control sobre ello, porque establecer pautas rígidas de supervisión en categorías no profesionales, con entrenadores que se dedican en cuerpo y alma pero que no perciben un salario acorde con las horas de dedicación, no es una gran estrategia. Aún así, su voluntad es trabajar casi semiprofesionalmente. Una prueba más de que he contado con los adecuados. Y como he escuchado por ahí, el tiempo mostrará las consecuencias de ello...