Ayer una jugadora increíble me hizo una pregunta que estuve comentando con ella: "¿De cuánto hemos perdido?"
Mi respuesta fue tan evidente como cierta y sincera: "El partido lo hemos ganado".
Como es una jugadora muy inteligente, enseguida se dio cuenta de lo que estaba hablando y reformuló su pregunta: "Me refiero al marcador..."
Cómo me alegro de que cambiara rápidamente las palabras, tan importantes en ocasiones y a su vez generalmente poco cuidadas... Hace tiempo que pienso que la mayoría de las discusiones son terminológicas, quizás debido a la dificultad de acertar en la elección de las palabras adecuadas.
Al finalizar el partido, todas las jugadoras del equipo que entreno habían intentando bastantes cosas. Por supuesto todas habían lanzado a canasta y además todas anotaron, a excepción precisamente de la jugadora que me hizo esta pregunta... A pesar de ello, acertó prácticamente en todas las decisiones tomadas, por eso la califico como increíble, porque cualquiera que vea más allá de lo evidente haría una valoración más que positiva de su actuación... y es una jugadora de categoría infantil... así que estos intangibles le vienen de serie (no se los ha enseñado nadie, y mucho menos yo). Espectacular. Mi evaluación es que metió alrededor de 20 puntos... Otra cosa es que lo contaran en el acta o no... Al fin y al cabo, no es por nada, mi opinión es mucho más importante, al menos para mí, que un trozo de papel amarillo, rosa, blanco o azul. Y espero que para ellas también.
No obstante, también hay que reconocer los méritos del equipo que había delante. Pero precisamente el nivel de las jugadoras rivales de ayer hace que la actuación de las jugadoras que entreno sea aún más positiva. Y estamos hablando de tres jugadoras de nivel nacional que monopolizan el juego, como no podía ser de otra manera. O quizá sea más correcto decir "como casi no podía ser de otra manera".
Ayer fue un claro ejemplo de diferentes filosofías de enseñanza, quizás las dos válidas, quizás sólo una, quizás ninguna...: un equipo ordenando qué hacer, a través de pasar y cortar y/o sistemas con bloqueos indirectos y directos y lectura de situaciones a partir de ellos, en ocasiones de forma brillante... y el otro equipo intentando jugar llegando, pensando qué hacer y decidiendo en función de las ocasiones surgidas o creadas.
El tiempo resolverá las dudas que me surgen sobre ambos estilos. Puede que la solución esté en un término medio... aunque tampoco veo estas filosofías como extremos, por lo que la solución puede que en este caso no esté hacia la mitad del continuo, sino más bien balanceada... La realidad es que uno de los métodos promueve la participación de más jugadoras que otro... y esto puede ser un objetivo, una consecuencia o ambas cosas.
Para mí, la filosofía vencedora será realmente aquella que consiga que la mayoría de jugadoras jueguen el máximo número posible de años, tantos como ellas quieran... Por supuesto habrá situaciones que no se puedan controlar... pero yo creo que se puede influir casi en todas: lesiones (controlando la carga física y emocional a la que se someten las jugadoras), amistades (haciéndolas a todas sentir lo que son: importantes), estudios (inculcando responsabilidad), etc. Un largo etcétera, diría yo.
Así que en esta línea seguiremos, dando pasos siempre hacia delante, ya sea con el marcador a favor o en contra.
Para mí, la filosofía vencedora será realmente aquella que consiga que la mayoría de jugadoras jueguen el máximo número posible de años, tantos como ellas quieran... Por supuesto habrá situaciones que no se puedan controlar... pero yo creo que se puede influir casi en todas: lesiones (controlando la carga física y emocional a la que se someten las jugadoras), amistades (haciéndolas a todas sentir lo que son: importantes), estudios (inculcando responsabilidad), etc. Un largo etcétera, diría yo.
Así que en esta línea seguiremos, dando pasos siempre hacia delante, ya sea con el marcador a favor o en contra.
Una de las faenas más complicadas de un educador/entrenador, conseguir que los niños sepan cuando ganan sin marcador, ya que es realmente cuando es un partido útil.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí Carlos. Y siendo lo más importante, está claro que debía ser lo más difícil de conseguir. La sombra de Murphy es alargada y, aunque en ocasiones la tostada no cae al suelo por el lado de la mantequilla, en este caso se suele tener que convencer a las jugadoras y también a su entorno... Y en el peor de los casos, puede que incluso al tuyo.
Eliminar¡Otro abrazo para ti!
Ojalá en mis tiempos de jugadora alguien hubiese valorado los aspectos que valoras tú, seguro hubiese disfrutado mucho más. Todas las jugadoras del equipo se sienten importantes, todas saben que son la mejor en algo y lo saben porque es verdad y se les permite demostrarlo, todas brillan con luz propia. Sin embargo algunos entrenadores llevan unas gafas de sol muy potentes que solo dejan pasar la luz de algunas jugadoras, haciendo que las demás se vayan apagando. Gracias por no llevar esas gafas, eres un fenómeno.
ResponderEliminarBueno María, yo no llevo gafas, aunque sí lentillas... pero gracias. Tú sí que eres una crack y demasiado generosa en los halagos.
EliminarUn abrazo!
Hola Antonio, no he respondido antes a ninguna de tus entradas (aunque si las he votado positivamente, ya que las sigo todas) porque como bien sabes estoy de acuerdo con el 99% de lo que escribes y no me parecía que tuviera nada más que añadir.
ResponderEliminarEn esta ocasión, y además con alusiones a nuestro equipo (las cuales agradezco), mi opinión no va a cambiar y te seguiré dando la razón en la idea principal. Como dice Chema Buceta (ahí es nada) “El elogio, el jugador/a debe relacionarlo con algo que ha hecho, no con algo que ha conseguido (objetivos de resultado vs objetivos de realización)". En una sociedad donde victoria y éxito parecen destinados a ser indivisibles, saber gestionar las "derrotas" es fundamental para el crecimiento tanto individual como colectivo. Es un camino difícil pero con más recompensas.
En cualquier caso, con respecto a las filosofías (y viene al pelo) comparto la frase que usas de Aristóteles (que de filosofía sabe un rato): "la virtud es un término medio entre dos extremos (inadecuados), el uno por exceso y el otro por defecto". Y sobre todo el concepto "solución balanceada" que propones me parece de lo más oportuno, tanto en lo deportivo como en lo personal.
En mi caso, no sólo no llevo gafas sino que afortunadamente tampoco necesito lentillas, al menos de momento. Quizás para este tema que se desprende, "liderazgo,trabajo en equipo y roles" deberíamos escribir otro post(seguro que tu aporte sería estupendo Antonio). Pero os aseguro que también es un trabajo arduo y complicado.
Saludos!
Muy buenas. Muchas gracias por tu lectura y tu valoración.
EliminarMe alegro de que tu vista goce de salud, la real y la metafórica. Esperemos que siga así mucho tiempo. Las mías están regular. Veo mucha niebla, cada vez más. Me dijeron que se pasaría con el tiempo, que se arreglarían las cosas... pero qué va. A veces veo un poquito de luz, pero suele ser un espejismo. Enseguida llegan las sombras... Días, semanas, meses o años, pero llegan.
No obstante, yo soy bastante optimista. Quiero pensar que soy impaciente, inconformista... quizá hasta subjetivo o exagerado, así que me armo de paciencia y respiro hondo.
Hace poco leí una historia, un proverbio africano si mal no recuerdo, sobre un incendio. Todos los animales corrían a salvarse, menos uno: un colibrí. Voló hacia el arroyo más cercano y trajo agua en su pico... y constantemente repetía el viaje. El elefante, con su tamaño y su trompa, le recriminó lo que estaba haciendo, tomándolo por loco: "¿Qué piensas que puedes hacer tú, que eres tan pequeño". El colibrí respondió: "Yo sólo hago lo que tengo que hacer, lo mejor que puedo hacerlo".
Un abrazo!