Categoría superior

En ocasiones, el mayor nivel de una determinada jugadora con respecto al resto de su grupo de edad, nos obliga a pensar y repensar diferentes métodos para que su progreso no se estanque. Y esto no es siempre fácil.

Una de las opciones por las que se suele optar, quizá la más "sencilla", es la de que esa jugadora entrene o juegue con el equipo de categoría superior. El objetivo es que pueda poner en práctica sus fundamentos contra defensoras, por regla general, de más nivel.

Con esta opción hay que tener cuidado, pues lo primero será mirar por el bienestar social de la niña. Aparte del tema físico, hay que tener en cuenta si ésta no está preparada socialmente para subir a esa categoría; o si se prefiere, emocionalmente. Ante esta situación, siempre será mejor que permanezca en donde está. Ahora bien, si está preparada, quizá debería subir, pero siempre y cuando la jugadora tenga interés en ello, esto es, interés en mejorar.

Entraríamos así en la evaluación de los intereses de las jugadoras. Si hay alguna duda en algún punto, siempre se han de mirar por sus intereses, no por los nuestros. Y algo tan evidente no siempre es llevado a cabo.

El control ético de las personas responsables de las jugadoras es muy complicado. Además, no habría que olvidar que esta ética está enormemente influenciada por la educación recibida y la formación específica aprehendida. Así, es complicado saber cuántas malas conductas, desde mi punto de vista, son llevadas a cabo por maldad y cuántas por ignorancia o estupidez. Seguro que hay unas cuantas de los dos tipos.

Son muchos los clubes y lugares en los que nos encontramos jugadoras jugando en una categoría superior a la que por edad les correspondería. Y no solamente eso, sino que además en muchos de ellos son las jugadoras más importantes del equipo superior, también.

Mi opinión es que esta dinámica es egoísta y muy peligrosa, sobre todo para la jugadora. Lo que yo veo es que hay que ser muy profesional para que las cargas de esa jugadora estén tan bien reguladas que le permitan jugar, y a menudo también entrenar, con dos equipos sin poner en peligro su salud. Sobre todo si tenemos entrenadores de taifas de los que ya hablé en otra ocasión.

Pero más aún... ¿qué pasa con el resto de chicas? Si una jugadora es determinante en una categoría superior... ¿debería entrenar con las chicas de la categoría inferior? ¿Debería jugar con ellas o no? ¿Debería jugar con las de la categoría superior o no? ¿Qué hacemos?

Yo puedo dar varias opiniones al respecto y todas tendrán una doble lectura. De ellas se derivan una curiosa consecuencia, pero también una conclusión clara.

En lo referente a los entrenamientos, si la jugadora entrena con su grupo de edad, prácticamente pierde el tiempo si no lleva un entrenamiento personalizado con objetivos muy individuales. Si la jugadora entrena con el grupo superior, podrá ejecutar sus fundamentos con un mayor nivel de exigencia, lo cual siempre será positivo para su mejora. Ahora bien, que entrene todos los días no es serio en edades inferiores a junior por la carga de trabajo, y en junior no lo es por la exigencia de sus estudios.

En cuanto a los partidos, si la jugadora juega con su grupo de edad con toda probabilidad llevará el peso del mismo, mientras que si no juega esta responsabilidad será para las demás jugadoras, por lo cual sería más positivo para la mayoría que no jugara con su generación. Por otra parte, jugar en la categoría superior tiene el "pro" de que la defensa será más exigente con ella y no dominará como domina en su categoría, pero al mismo tiempo también le quitará protagonismo a las compañeras de esa generación.

La consecuencia curiosa es que los equipos giran alrededor de una jugadora y, si esa jugadora está resfriada, de viaje de estudios, tiene un cumpleaños o una concentración con la selección andaluza, se usarán todos los medios disponibles para atrasar el partido. Y ojo, esto puede no resultar curioso... pero sí lo es que se intente suspender un partido porque va a faltar la jugadora de categoría inferior que juega con las mayores porque se quiere ganar ese partido. Es decir: una jugadora de categoría inferior modifica el calendario, aunque sea parcialmente, de la categoría superior. Esto último sí que es curioso, y no lo es solamente porque difícilmente esto sea compatible con la mejora individual de la jugadora (puede ser, pero lo veo difícil, ya que más próximo me parece a la filosofía de "ganar de cualquier manera"), sino porque resulta que, si al final no hay acuerdo entre clubes, el partido se atrasa "de oficio" desde Federación. Asombroso.

Así que, volviendo al tema del control de la conducta ética, me temo que las normas que utilizamos no sirven si se permite que se acepten partes falsos de baja o que se atrasen partidos con excusas egoístas... y encima hay que aguantar que jugadoras con licencia "A" no puedan jugar en categoría superior "B" precisamente porque esos clubes, para los que el fin justifica los medios, sentaron el precedente de "querer ganar hasta el recreo", explotando jugadoras hasta en 3 partidos cada fin de semana.

Mi más sincera enhorabuena a los dirigentes, entrenadores y simpatizantes de esas filosofías, porque dicen que el ignorante, cuando desconoce su ignorancia, es más feliz. Y si se trata de un tema de maldad, pues solamente espero que el tiempo ponga a cada uno en su lugar, porque lo que a mí me han enseñado siempre, y es lo que quiero creer, es que los malos, al final de los finales, pierden...