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sábado, 20 de abril de 2013

A vueltas con el traspiés

Desde hace mucho tiempo me vengo planteando la cuestión de las modas de arbitraje en cuanto a violaciones directamente relacionadas con la técnica individual. Recuerdo hace unos 12 años cuando se comenzó a pitar "en masa" como violación la finalización en reverso... Porque claro, "todas" las finalizaciones en reverso "son pasos". Años después... le tocó el turno al traspiés. Porque claro, "todos" los traspiés "son pasos". Espectaculares afirmaciones.

Cuando he tenido la ocasión de hablar con árbitros y responsables arbitrales, algunos del más alto nivel, siempre me han comentado que estos cambios de criterio vienen derivados de las quejas de los clubes, que en muchas ocasiones incluso proporcionan videos de determinados jugadores (obviamente siempre rivales) que sacan muchísima ventaja de un gesto en cuestión. Un gesto, claro, mal ejecutado. Ahora, me pregunto si los árbitros deberían hacerse con otros videos del mismo gesto, pero en esta ocasión correctamente realizado. Porque generalizar me parece de una torpeza bastante grande y parece que no aprendemos. Claro, es más fácil prohibir algo completamente que leer la acción y discriminar sus aspectos esenciales, pero lógicamente, para realizar esto último hay que conocer esos aspectos y no sé por qué me parece que existe cierta pasividad en cuanto al conocimiento en general.

lunes, 15 de abril de 2013

El líder de retroceso

Hay muchas maneras de hacer algo público. Lo más sencillo es escribir lo que piensas y ya está, sin pensar en los demás ni en las consecuencias que puedan tener tus palabras.

Otra opción es calcular estas posibles consecuencias, es decir, prever las reacciones de aquellas personas que puedan sentirse aludidas por tu comunicación, positiva o negativamente, y decidir entonces si realmente merece la pena hacer públicas tus ideas o no. Evidentemente, cuando no te importan las posibles reacciones, la previsión de la que hablo da un poco igual, pero no está de más reflexionar sobre ello un buen rato porque podría ser que se haya pasado algo por alto.

Por supuesto, también existe una tercera opción, que es empezar la casa por el tejado: primero elijo la reacción que quiero de la gente y después maquillo la comunicación primigénea, ya sea falseándola, manipulando todas o alguna de sus partes, dando solamente datos que me benefician, contando verdades a medias y medias verdades... O mintiendo simple y llanamente. Una práctica bastante extendida en diferentes campos, no sólo en política.