miércoles, 25 de febrero de 2015

Decisiones previas



Lo voy a intentar decir en pocas palabras... Un entrenamiento es, por definición, la acción de entrenar. Entrenar, a su vez, es prevenir o instruir en algo, normalmente en el mundo del deporte. Prevenir, curiosa palabra. Entrenar e instruir, a su vez, son términos hermanados, e instruir se considera una acción planificada. Si sumamos la "previsión" a la "planificación", creo que sobra decir que inevitablemente llegamos a una conclusión bastante lógica: entrenar es una acción planificada para conseguir un objetivo relacionado con la enseñanza de algo. En este caso me refiero, concretamente, a la enseñanza deportiva

Así pues, si un entrenamiento no está planificado, obviamente no es un entrenamiento. Luego un entrenador es quien lleva a cabo procesos de entrenamiento que se plasman en sesiones de entrenamiento, y éstas a su vez se concretan en ejercicios y tareas... Así que todo el que se hace llamar entrenador y no planifica... no puede ser ni más ni menos que dos cosas: o un ignorante, o un farsante. De palabra, obra u omisión.

Para un entrenador de baloncesto hay muchos niveles de trabajo y todos deberían ser planificados. Por eso es imposible que un entrenador sin ayuda haga bien su trabajo. Puede ser que haga lo mejor que pueda todo lo que hace, pero jamás lo hará bien en un sentido estricto. 

Para empezar, tendría que tener en cuenta la parte más técnica, es decir, todo lo que se refiere a técnica, táctica y estrategia, tanto individual como colectiva, en sus apartados de ataque y defensa. Es lo que se suele considerar lo más específico de lo que podríamos llamar el rol de entrenador principal. Y esto es algo ya bastante complicado... a no ser que, si nos referimos a un equipo de base, venga confeccionado por parte del Club, pero por lo que yo conozco no suele hacerse en líneas generales. Es decir, que el peso planificador suele caer casi por entero en el entrenador (suponiendo que lo sea). Es él el que decidirá si adaptarse a sus jugadores o que sean sus jugadores los que se adapten a él... y todas las combinaciones mixtas que se puedan dar. Desde luego, si no se tiene en cuenta a los jugadores de los que se dispone, mal se empezaría. 

Además, una variable importante a considerar en todos esos aspectos será el tipo de competición en la que participa el equipo... y su desarrollo durante la misma. En un equipo de base quizás no tenga tanta importancia (importancia real, me refiero... aunque claro, esto es una utopía: la competición siempre tiene importancia, cuando no la máxima importancia), pero en un equipo de alto nivel, la competición o competiciones son los elementos que en realidad van a determinar toda nuestra planificación. Los jugadores y la competición son los dos conceptos clave.  

Por otra parte, y no menos importante, deberá conocer, estudiar detenidamente y coordinar todo el trabajo anterior con la planificación en cuanto a condición física. Un entrenador debe conocer cómo trabajar las capacidades condicionales y coordinativas, su evolución, las distintas variables que influyen en ellas, el método por el que llevará a cabo su desarrollo, etc. 

Dependiendo de la profundidad de conocimientos del entrenador, esto último es algo que podría hacer por sí solo... pero aún así nunca lo hará con igual grado de rigor que si contara con un preparador físico que se encargara exclusivamente de ello. Es algo obvio. Los roles de entrenador y de preparador físico son totalmente diferentes, así que aún pudiéndose compaginar, si un entrenador ocupa los dos roles, su trabajo nunca será tan bueno como si, al menos, en un cuerpo técnico determinado hubiera entrenador y preparador físico.

En un entrenamiento hay muchas cosas que observar. Hay que evaluar continuamente. Observarlo todo al mismo tiempo es imposible. Si el entrenador está observando, evaluando, re-evaluando, corrigiendo aspectos técnico-tácticos... se me hace muy difícil pensar que también podrá hacer lo mismo en el apartado puramente físico. Es el preparado físico el que debe realizar esto.

Por otra parte, en esos aspectos técnico-tácticos, el entrenador principal, por sí mismo, tendrá muy difícilmente poder evaluar individual y colectivamente, y ofensiva y defensivamente a la vez. Hace falta más ayuda. Mucha más. Hay tanto trabajo por hacer... y no solamente en cuanto a evaluaciones, pues todavía no he hablado del análisis del equipo rival... y del nuestro. Scouting y contra-scouting. ¿Tiene el entrenador tiempo para todo esto? Definitivamente no. Cuanto mejor trabajo quieres hacer, más ayuda te hace falta. Sin duda, un entrenador ayudante puede ser indispensable. Es indispensable.

A veces, por necesidades del guión (normalmente económico), el entrenador ayudante suele ser el preparador físico, o al revés. Hay veces en las que sale bien... pero siempre será en perjuicio del mejor trabajo posible. Si ocupas dos roles, le estarás quitando tiempo y dedicación a uno de ellos o, probablemente, a los dos.

Por último y no menos importante, llegamos a otro de los aspectos clave: la preparación psicológica. Ésta es un elemento fundamental en la preparación de un deportista. Conocer cómo es un deportista mentalmente es tan importante como el conocimiento de su capacidad condicional. Su perfil motivacional, por ejemplo, puede determinarlo todo. Los deportistas son muy diferentes entre sí, por lo que podríamos pensar que lo que funciona para uno de ellos puede funcionar para todos... y nada más lejos de la realidad. 

Aunque el entrenador debe conocer aspectos clave de Psicología del Deporte, no es ni debe ser un psicólogo deportivo. El psicólogo deportivo debe ser un rol concreto que trabaje tanto con deportistas como con entrenadores. Así pues, será complicado que otra persona que no sea específicamente el psicólogo deportivo, ocupe su rol. 

Teniendo en cuenta todo esto, es el entrenador el que debe decidir. Cuando conoces todo lo que se debe hacer, la cantidad de trabajo fácilmente te abruma. Es muy complicado dejar de hacer lo que sabes que se debe hacer. ¿Cómo afrontar la realización de un trabajo que sabes que podría hacerse mejor? ¿Cómo afrontar la realización de un trabajo que crees que debería hacerse mejor?

El tiempo y el dinero marcan las posibilidades. Hacerlo lo mejor que puedes con los medios de los que dispones supongo que es la solución más ética. Pero para ello hay que dar el primer paso: planificar. Evalúa los medios disponibles, el rol que ocuparás y el que no ocuparás, lo que podrás y no podrás hacer, los integrantes con los que podrás contar en tu cuerpo técnico y cómo su ausencia o presencia enriquecerán el trabajo, cómo se repartirá el mismo... y después de planificar todo esto, entonces eres entrenador de baloncesto. Si no lo haces y no te da vergüenza también puedes decir que lo eres (la ignorancia, voluntaria e involuntaria, es una cura inmejorable para no sentirla), pero en realidad, lo que eres, es otra cosa. Quizás no criticable, pero otra cosa