domingo, 27 de julio de 2014

Creatividad y estilos de enseñanza en baloncesto

La metodología suele ser uno de los temas que en más ocasiones se queda en segundo plano cuando se toma la decisión de enseñar o mostrar un determinado contenido, es decir, cuando se decide entrenar algo. No obstante, también creo sinceramente que muchas veces aburren algunos términos que se han venido utilizando, o todavía hoy en día se utilizan, cuando se habla precisamente de ella. Recuerdo mis días de estudiante de Magisterio y con ellos mis primeros acercamientos a los estilos de enseñanza... El baile conceptual en torno a estas "formas de enseñar", vulgarmente hablando, era grande y complicado, y tan variable como numerosos los autores o las escuelas a las que pertenecieran. 

Casi todos los manuales que he leído suelen empezar definiendo el término. Tradición del discurso griego supongo... Yo soy un gran admirador del mundo griego, pero hoy le voy a sacar algún pero... A veces hay que dar una vuelta de tuerca y dejar que la definición caiga por sí sola una vez explorado el término. Y ya debatiremos después.


Existen discursos brillantes, conceptos novedosos, ideas inteligentes... que muchas veces naufragan por no haberse planteado una cuestión fundamental: ¿Cómo? Tan sencillo, o tan complejo, como esto. 

Después de haber visto algunos videos relacionando creatividad y baloncesto, incluso estudiado algo sobre pensamiento creativo en diferentes ámbitos, me atrevo a decir que en estos casos, el cómo es casi más importante que el qué, precisamente porque definir la creatividad, encorsetarla y reducirla a los elementos que la componen (o que podríamos suponer que la componen) se me antoja más que complicado. Así que en este caso, creo que hay que "arrancar la página del libro" donde dice lo que es la creatividad, casi como si fuéramos seguramente el profesor más inspirador de la historia del Cine, el señor Keating del Club de los Poetas Muertos, y ver las cosas desde otras perspectivas.

Los entrenadores podremos pregonar a los cuatro vientos que nos gustan los jugadores creativos, pero por desgracia, solamente con eso no basta. El jugador no se vuelve creativo porque a nosotros nos guste... de igual manera que no se transforma en un tirador a nuestra voluntad. Hay que actuar para generar una consecuencia. Ahora viene la pregunta estrella de la que hablábamos: ¿cómo?

El trabajo de la creatividad debería ser algo más que ofrecer soluciones variadas para que el jugador elija la que más le guste. ¿Acaso hay creatividad cuando decidimos el postre que preferimos de entre los que nos ofrecen? Ni la hay eligiendo, ni tampoco aunque nos enseñaran a cocinarlos. Ni siquiera cuando esa decisión depende del momento en cuestión (el postre que más nos gusta en un momento determinado). Creatividad, a su vez, no es simplemente libertad. La libertad, por supuesto, es necesaria para que haya creatividad, pero el trabajo de la creatividad no puede ser totalmente libre. Si fuera así, el jugador tendría la posibilidad de hacer siempre lo mismo... eso sí: libremente.

Hay un argumento bastante utilizado que es el de las herramientas. Yo también pienso que uno de los trabajos que tenemos como entrenadores es el de proporcionar herramientas a los jugadores. Pero ojo: si pensamos que debemos generar jugadores creativos, entonces quizás lo que tengamos que hacer es no proporcionar tantas herramientas, sino provocar los procesos que hagan a los jugadores crear las suyas propias. Y parece lo mismo, pero no lo es: lo primero está cerca de ser lo que se ha hecho toda la vida, aunque se quiera presentar de forma "novedosa", y lo segundo es lo que se pretende cuando se habla de creatividad, aunque después simplemente se presenten soluciones... Lo que pasa es que esto último es más difícil de realizar, en gran parte porque conlleva un trabajo previo brutal de planificación de situaciones y los resultados llegan de una forma más lenta. Y claro, igual eso de la lentitud... no interesa a muchos. 

Lo que creo que está bastante claro es que si lo que trabajamos son una serie de soluciones propuestas, el proceso creativo no existe en ningún momento. Y premiar un correcto uso divergente de una herramienta en un contexto no predeterminado, aunque sí constituiría un proceso creativo (por ejemplo, un pase hacia atrás por encima de la cabeza en la continuación de un bloqueo directo que acaba en asistencia), se me antoja un recurso algo escaso. Es decir, si se ha entrenado el pase por detrás de la cabeza, pero nunca en situación de bloqueo directo, entonces el jugador ha creado la solución (en realidad ha extrapolado una solución, ha reconocido un patrón, lo cual no es exactamente lo mismo, pero es parecido). Esto puede ser llamado creatividad. Ahora bien, estaremos de acuerdo en que si el jugador crea el pase, el proceso creativo es mucho mayor... ¿no?

A la hora de entrenar tendríamos que pensar qué nivel de protagonismo va a tener el jugador en la sesión de entrenamiento. Es decir, podemos hacer al jugador protagonista, o mejor dicho, a su indagación o participación cognitiva... o bien dedicarnos a ser nosotros los directores de toda su actividad física. O sea, para ser claros: podemos decirles lo que tienen que hacer, cómo tienen que hacerlo y durante cuánto tiempo, asignándoles tareas concretas, o bien proponer situaciones para que ellos descubran las soluciones por sí mismos. En el contínuo que iría del máximo protagonismo del entrenador hasta el máximo protagonismo del jugador, yo tengo claro hacia qué extremo me decantaría para trabajar la creatividad. 

En un Ted talks de Christopher Emdin, altísimamente recomendable, comentaba muy críticamente algo así como que "ahora mismo, en algún lugar del mundo, hay un profesor diciéndole a futuros docentes que tienen que hacer sus clases divertidas... y lo está haciendo de la forma más aburrida posible". Viene a ser algo así como trabajar la creatividad sin permitir ser creativo, supongo... 

Así que, si hay que relacionar la creatividad con algún estilo de enseñanza, yo me quedo con aquellos basados en la indagación del jugador... Los más comunes son los que se suelen llamar Resolución de Problemas y Descubrimiento Guiado, pero como digo, el nombre es lo de menos. Lo importante es lo que el jugador haga cuando los empleemos... más que nada para que sean ellos los que tengan la opción de crear algo. Siempre nos encontraremos con jugadores que tengan un "talento creativo" especial, claro... pero si nuestro pensamiento es que no podemos ayudar a los jugadores a ser más creativos, entonces los talentosos surgirán, seguramente, a pesar de nuestra labor, pero poca ayuda (aparte de aplaudir... especialmente si es que les sale bien) tendrán de nuestra parte.

Termino con un enlace... A saber de dónde proviene esto. ¿Trabajo de la creatividad? ¿Simple fomento? ¿Puro talento? ¿Todo? ¿Nada?






2 comentarios:

  1. Increíble como desarrollas estos conceptos tan complejos, y como haces que parezca tan fácil de hacer.

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  2. Vaya, muchas gracias. Me pongo de tarea desarrollar una sesión donde el objetivo de la misma sea el desarrollo de la creatividad en torno a algunos contenidos.
    Gracias de nuevo por la visita y el comentario.
    Un saludo.

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