martes, 22 de octubre de 2013

Proyectos e ilusiones

Unas últimas semanas, y algunas más que me quedan, de muchísimo trabajo tanto con mi club como con la selección gaditana infantil femenina, además de algunos aspectos de formación continua, no me han dejado demasiado tiempo para escribir en el blog.

No obstante, he intentado sacar varios huecos para poco a poco ir desarrollando una idea sobre algo que leí hace días y no veía el momento de expresarme al respecto.

El grado de ilusión en un proyecto es difícil de medir, pero se palpa en el ambiente. Cuando hay ilusión no hay lugar a dudas. De la misma manera, cuando no la hay también. 

Después está el tema de cómo ganarse esa ilusión. Esto es fundamental. Cuando a alguien le encomiendan un proyecto y tiene que publicitarlo, exponerlo o darle vida, la forma de "venderlo" o de trabajar en él dirá mucho, a todas luces, de sus directores o gestores. Claramente se verá cuál es su ilusión y cuál no. Por tanto, es un tema para pensar y repensar y no hacer cosas a la ligera. Me da mucho miedo pensar que lo que se haga o se hace para ilusionar sea precisamente lo que más llegue a desilusionar a la mayor parte implicada. Si cierta medida va encaminada a ilusionar a la gente y lo que hace precisamente es replantearse el proyecto de gente que directa o indirectamente participa en él, mal vamos.