jueves, 1 de agosto de 2013

Efectos secundarios


El verano es utilizado por muchísima gente para formarse. La FEB y las distintas federaciones autonómicas disponen de un amplio abanico de recursos al respecto, desde los cursos federativos de entrenador hasta los llamados Máster de formación continua, que constituyen el Nivel 4 formativo tras el Nivel 3 del Curso de Entrenador Superior.

Además, las diferentes asociaciones de entrenadores y muchos clubes suelen organizar Clínics con diferentes temáticas por todo el territorio nacional. Si estás interesado en la formación, desde luego en verano tienes bastantes opciones.

Es lógico pensar que, tras habernos formado, estaremos más preparados para emprender aquella empresa para la cual hemos dedicado nuestro tiempo de estudio. Debería ser una realidad, sí, siempre que nos lo permitamos. Quiero decir con esto que, a veces, por mucha formación que recibamos, podemos tender a la "desatención ciega"... que no es ni más ni menos que prestar atención solamente a aquello hacia lo que estamos predispuestos a escuchar con interés porque es "compatible" con nuestro sistema de creencias... que como hemos comentado alguna vez, es tan difícil de cambiar por su arraigo.


Al final, lo que nos interesa, lo compatible con nuestra forma de pensar, lo vemos como una verdad absoluta mientras que el resto de contenidos son solamente opiniones. Y para opiniones, las mejores son las mías. Cuidado con este funcionamiento cognitivo... porque la diferenciación entre "verdades absolutas" y "opiniones" nos puede llevar justo al lado opuesto hacia donde nos guían nuestras buenas intenciones. "Nadie se desvía más del camino que aquel que cree conocer el camino correcto".

Así pues, llevo varios años viendo una serie de efectos secundarios que se suelen dar después de algunos procesos formativos y uno que me llama especialmente la atención es la autoestima aumentada, que vendría a ser algo así como creernos que estamos más preparados de lo que realmente estamos.

Sinceramente pienso que todos hemos pasado por aquí. O incluso que deberíamos pasar, porque quien me conoce sabe que defiendo que el mejor aprendizaje es el que convive con el error, sin que su mayor empeño sea el evitarlo. Pero una cosa es que no importe cometerlo y otra es que nuestro error lleve a terceras personas a no poder solucionar lo que cometamos debido a él.

Así que errores sí, pero dejando nuestro ego a un lado y permitiéndonos el lujo de pensar que nuestra forma de hacer las cosas, con más o menos justificación, es una más... y podemos estar equivocados. Porque la formación no acaba nunca y, aunque nos apesadumbre caer en la cuenta de que pudimos haber evitado aquello en lo que erramos, lo cierto es que probablemente ahora seamos mejores entrenadores debido a ello. O profesores. O alumnos.

2 comentarios:

  1. Vaya que si , pocas personas del mundillo hablan con tanta claridad y cordura , me suscribo a cada palabra que dices .

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