sábado, 20 de julio de 2013

Menosprecio

Hace ya unos 7 años descubrí la historia sobre "El verdadero valor del anillo", de Jorge Bucay. Es muy utilizada en Educación y con adolescentes en general, pero tiene muchos más ámbitos de potencial actuación. Normalmente, la mayoría de veces, se trata de los ámbitos personal o profesional, porque de pronto puedes descubrirte a ti mismo siendo juzgado, no sin cierto menosprecio, por las personas que te rodean y/o con las que tenías una buena relación. Es más, incluso cuando no hacía mucho que poco menos que lanzaban pétalos allá por donde caminaras. Si entonces no me fiaba, ahora menos.

Ciertamente es llamativo comprobar cómo cambian las opiniones de una forma tan extrema. Basta con que la corriente contraria te favorezca personal, o semipersonalmente, para que de pronto nazca dentro de ti una llamarada de fanatismo. Tranquilidad: ya vendrán los bomberos... que no serán, ni más ni menos, que aquel al que tanto se admira de forma novedosa. Su manguerazo tardará tanto, o tan poco, como cuando se dé el momento en el que ya no sirvas a sus propósitos... que o mucho me equivoco, o son simplemente su vanagloria personal.

Se puede ser o haber sido muy profesional en el mundo del baloncesto... pero entrenar cada equipo de base que tienes como si fuera senior, jugar con 6 jugadores incluso ganando de 40, no pensar en su mejora por encima de tu mayor fama-gloria-"éxito"... y encima juzgar a quien sí trabaja o intenta trabajar así, a alguien que nunca dijo una palabra negativa sobre ti e incluso que te admiraba, criticar a quien tiene un verdadero interés por su aprendizaje continuo y a quien tú les has supuesto una cierta fuente de inspiración... pues quizá sea de profesionales, no digo que no, pero de profesionales maleducados e irrespetuosos... y nunca de profesionales de la formación, eso desde luego. Grandioso ejemplo.

Yo esto lo he visto bastante... Clubes de fans acérrimos de un entrenador... que conforme los niños crecen van disminuyendo en "socios". Claro... cada vez es más difícil jugar... Las categorías pasan y no todos llegan a senior. Y si mi hijo deja de jugar... pues entonces es que no era tan buen entrenador. Es la triste realidad... Pero nada, ahora mismo es el mejor entrenador del mundo y mi vida es más feliz gracias a él... de momento. "Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el viento airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre" (Garcilaso de la Vega).

Os dejo la historia de Bucay a continuación y espero que, si no la conocíais, la disfrutéis. 

5 comentarios:

  1. Antonio Cánovas Valero , una pena no conocerte en persona y que estes tan lejos fisicamente , pero no lo estas en mi espiritu de hombre de baloncesto , coincido contigo en la mayoria de tus entradas , en esta no lo es menos , un fuerte abrazo y espero un dia estrechar tu mano y hablar si se tercia de este nuestro baloncesto al que tanto queremos .

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    1. Hombre Bienvenido, muchas gracias por tus palabras. Precisamente ahora estoy por Cartagena, aunque con la agenda hiperapretada.

      Un abrazo.

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  2. Genial Antonio, ojalá mucha gente lea el articulo y escuche el relato. Me quedo sin palabras.

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  3. Gracias Antonio, si las circunstancias personales me lo permiten, pronto iremos a por el de primer nivel.

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