sábado, 6 de octubre de 2012

Por amor al juego

¿Qué es el juego? ¿Qué es amarlo?
Después de un año sin entrenar, me he reenganchado con el CB Puerto Real y un proyecto a largo plazo. Este año intento ayudar a mejorar a la generación infantil, años 1999 y 2000, a progresar como jugadoras y personas, en la medida de mis posibilidades.
 
Ya hemos jugado tres partidos amistosos (la liga no empieza hasta mediados de noviembre) y tengo que hablar de lo que más me ha llamado la atención y sobre lo que más he reflexionado: el amor al juego.
 
Siempre he pensado que un entrenador de iniciación (y considero que hasta infantiles, al menos, es tal iniciación) debe transmitir el amor al juego. El problema quizás sea el cómo hacerlo... y aquí, por lo visto hasta ahora, cada uno elige un camino distinto. Y en su derecho está... supongo.

El baloncesto en categoría infantil tiene unas particularidades que todo el mundo cercano a él conocerá bien. Me refiero sobre todo al reglamento cuando marca la obligatoriedad de que juegue todo el mundo. Sin duda, un gran acierto desde mi punto de vista... aunque siempre se puedan mejorar cosas. También es sabido que, debido a esto, algunas jugadoras pierden la oportunidad de jugar un partido porque solamente son 10 las convocadas para éste (número mínimo para que el resultado del partido sea válido en mi categoría y liga). Así, la rotación será más corta y las jugadoras de más nivel podrán jugar sus tres periodos de rigor, sin temor a que una jugadora de menor nivel, por la obligatoriedad del reglamento, le quite tiempo de juego. Sin duda, esta no es mi opción elegida para transmitir el amor al juego.
 
He visto a algunas jugadoras francamente muy bien individualmente. Recordemos que estamos hablando de la categoría infantil. No obstante, desde hace mucho que pienso que hay que oponerse para progresar... y a veces, la sensación de meter más puntos en el marcador lleva a muchos entrenadores a querer facilitar las cosas para meter canastas... Yo no soy un entrenador de equipo, sino un entrenador de jugadoras. Mi objetivo no es que el equipo meta más puntos, sino que el equipo gane... y mi equipo sólo gana si mis jugadoras mejoran. Y mis jugadoras sólo mejoran si yo no les doy demasiadas ayudas. Y una ayuda puede ser tanto un bloqueo, como basar mi ataque en que solamente tire mi mejor jugadora o tener sistemas preparados para ella. Incluso sistemas para situaciones especiales en saques de banda y fondo. Ésta tampoco es mi opción elegida para transmitir el amor al juego.
 
Por otra parte, la actitud del entrenador es fundamental en cualquier equipo y banquillo... máxime en un equipo infantil. Bien podría celebrar las canastas de mi equipo con saltos y volteretas, pero... ¿acaso no es bastante feedback para las chicas el haber metido canasta? ¿Son todas las canastas "celebrables"? Yo sólo celebro las decisiones correctas, no los resultados perfectos. Éstos mueren nada más producirse, pero una decisión correcta permanecerá y se repetirá... La ejecución es sencillo entrenarla. Por eso intento alejarme del aplauso fácil, del que daría todo el mundo. Aplaudir una canasta que implica un retroceso en la mejora de mi equipo no es mi opción elegida para transmitir el amor al juego.
 

Así que, al menos, tengo claras cuáles son las opciones que no elijo, lo cual, visto lo visto, quizás sea tener ya mucho ganado.

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